La pregunta del millón en el Real Madrid: ¿Qué hacemos con Casillas?
La directiva no quiere quedar como "la que echó al capitán"
Entre los múltiples rumores que circulan a estas horas en torno a la figura de Iker Casillas hay una parte de la cuestión que afecta exclusivamente al Real Madrid como club, y que merece tratarse aparte. La entidad merengue tiene, en verdad, una papeleta complicada con el capitán blanco. No será fácil ni del todo justo, se haga lo que se haga, gestionar el futuro del portero en la que ha sido su entidad en los últimos 16 años.
Póngase en la piel de la directiva, esté de acuerdo o no con sus directrices. ¿Qué hacer con la situación de Iker Casillas? De forma justa o injusta, todos los acontecimientos de unos años a esta parte han hecho que un sector bastante grande de la afición se haya vuelto en contra del de Móstoles o, al menos, no vea con buenos ojos su titularidad y su peso dentro del equipo. Es un hecho. Y lo cierto es que el nivel mostrado por el guardameta no es el mismo que hace algunas temporadas.
El progresivo debate en torno a su figura le ha provocado una sobreexposición que hace que se juzgue todo lo que puede ver de él en público y se estudie a conciencia cada parada que hace durante los partidos. Con críticas exageradas en bastantes situaciones, pero también con errores que hasta hace unos pocos años eran impensables hablando de él. Y esta situación ha generado incomodidad e inseguridad en el equipo y, por ende, en el club. Por eso no es criticable que se busquen alternativas de futuro para un hombre que, al fin y al cabo, empieza a ser bastante veterano.
Otra cosa bien distinta es la forma de gestionar su progresiva pérdida de protagonismo. ¿Es honorable que un tipo que ha sido lo que ha sido en el Real Madrid, le pese a quien le pese, sea suplente? Hay futbolistas que han sido tan grandes que no son capaces de ser suplentes en aquellos equipos en los que se hicieron leyenda. Otros sí, pero ese es un tema que debería corresponder al propio Casillas, que por otro lado debe asumir que tendría que mantener el mismo nivel de profesionalidad sea suplente o no.
El hecho de que exista tanta división en torno a su figura provoca que la situación pueda ser insostenible incluso con Iker de suplente y De Gea de titular, por lo que una salida sería lo mejor para ambas partes. Cada minuto que Casillas es abucheado por parte de su afición daña su imagen, y también la de la entidad. Pero el Real Madrid no quiere pasar a la historia por 'echar' a uno de los jugadores más grandes que ha tenido en su historia -repetimos, le pese a quien le pese- y el portero quiere seguir. Todo pasará por llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes. La clave es que las dos se den cuenta de que ser cabezota puede ahondar en su mala imagen.