Las 36 horas más tensas de la carrera de Iker Casillas en el Real Madrid

No hace ni dos días, TVE anunciaba en el telediario nacional que Iker Casillas había llegado a un principio de acuerdo con el Real Madrid para rescindir su contrato y poner punto y final a su etapa en el club. No es habitual que un medio público llegue tan lejos, hablando de una información de este calibre y que implica una certeza tan enorme en sus afirmaciones. La cadena SER corroboró el asunto y durante la tarde del pasado miércoles parecía que los acontecimientos se precipitaban. Sin embargo, día y medio después no ha habido más novedades que la negación por parte del entorno del capitán blanco de todo ello.

"Iker no ha recibido ninguna llamada del club, su postura sigue siendo la de tener voluntad por acabar su contrato". Este es el mensaje que rápidamente se difundió, frenando la sensación inicial de que todo iba a ser rápido. Un conato de incendio. Pero quedan las cenizas y los posos, y toca analizar qué fue lo que pasó realmente.

Como decimos, no es habitual ni lógico que se difundiera una noticia de tal calibre por pura invención, más aún viendo los interlocutores que la respaldaron. Cuando el río suena... que se suele decir. Así que, tomando como base que una fuente provocó el revuelo, la pregunta es, ¿quién lo hizo?

Ahora apuntan a que el propio Iker, que repetimos, asegura no saber nada del asunto, cree que todo ha sido una filtración interesada por parte del club. Una forma de presionarle, de hacerle ver a través de terceros cuál es la intención de la entidad. Quizá no lo sepamos nunca, pero lo que queda para el aficionado desde fuera es una imagen de 'guerra fría' que debilita a todas las partes mientras no se sienten a hablar claro y hagan públicas sus intenciones.

Mientras tanto, De Gea se acerca y Keylor se luce ante la selección española. Un juego a tres bandas que no puede tener un final feliz para sus tres protagonistas. La situación no puede alargarse mucho más.