Jugadores del Madrid alertan de los 'amiguismos' de Benítez en el Madrid
El galés sigue despertando muchas dudas en el vestuario blanco
Gareth Bale no entró con buen pie en el vestuario blanco. Su carácter reservado le ha aislado del grupo. Tan solo Modric, con quien coincidió en el Tottenham, suele estar con él. Su ascendencia con Florentino Pérez que ha ido haciendo de Gareth el 'niño mimado' de la plantilla ha apartado al galés de un grupo que no se ha mordido la lengua con al aportación de Bale el pasado curso.
Florentino Pérez lleva meses sufriendo. Bale es el ojito derecho del presidente desde que en verano del 2013 decidió apostar por él 100 millones de euros al perder la batalla por el fichaje del brasileño Neymar. Desde aquel día Bale ha sido el protagonista de casi todos sus desvelos.
Las cosas parecían enfocadas cuando el galés completó una aceptable primera temporada y, sobre todo, marcó el tanto de la victoria en la final de la Copa ante el Barça en Mestalla después de una gran galopada. Aquello fue la culminación del plan de Florentino Pérez, que pasaba por convertir a Bale en la piedra angular de su proyecto una vez se produjera la claudicación del portugués Cristiano Ronaldo. Nada más lejos de la realidad.
Porque con el inicio de 2015 el galés ha estado en el ojo del huracán y en todas la quinielas que apuntaban a su salida de la titularidad como necesaria. Los rotativos dispararon a Bale con saña. Los de aquí y los de fuera. Gareth no justifica la inversión realizada por el club ni con fútbol, ni con ganas.
El problema para el vestuario blanco, ahora para Rafa Benítez, es que esos cien millones de euros pagados por Florentino se han convertido en una losa demasiado pesada para el galés y el equipo: Gareth ha dado síntomas más que evidentes de no estar a la altura de las expectativas y de que posiblemente no tiene la talla suficiente para asumir el reto que tiene encomendado: liderar el nuevo Madrid de Rafa.
Bale empieza a tener demasiados enemigos en el Madrid. Dos focos de problemas que tienen al 'presi' al límite. Uno, el vestuario. Otro, el segundo: en la grada del Santiago Bernabéu. Al ser una apuesta personal de Florentino Pérez, el fracaso de Bale es también el fracaso del presidente madridista. Cada pito a Gareth es un pito a 'Flo'.
En el seno de la plantilla las cosas no pintan mejor: su implicación defensiva ha sido nula y ofensivamente cada vez su juego resulta más insustancial. Desde el vestuario ya no se muerden la lengua y han atizado al galés con argumentos: en la plantilla se ha impuesto la idea de que sin Gareth, el equipo juega mejor. Un pensamiento compartido por Ancelotti que había tenido sus más y sus menos con las alturas por la alineación por decreto del galés. Una realidad que con la llegada de Benítz cambia.
Los detalles que está teniendo Rafa hacia Bale alertan al grupo: la filtraciones apuntan a que el madrileño va a atender las consignas de las alturas para darle un papel protagonista a Gareth en el equipo. Su presencia en el Bélgica-Gales para mostrar su afecto a Bale y no hacer lo propio con Ronaldo es un aviso de como va a ir las cosas en el Madrid sin Ancelotti. Una realidad que ha generado un problema doble. Primero, con Cristiano y sus acólitos que no aceptarán el paso atrás de CR7. Y segundo, estas muestras de afecto han disparado los mensajes/habladurías entre los miembros de la plntilla blanca que avisaron de que Rafa sería un 'muñeco' en manos del presidente. Un idea que corre en la plantilla como la pólvora.