Los últimos movimientos en Valencia reabren la guerra interna

La renovación de Parejo y los fichajes de los 'Rodrigos' despiertan la duda: ¿Quién manda?

Los últimos movimientos en Valencia reabren la guerra interna

Este lunes, el Valencia comunicó oficialmente que se queda en propiedad con Rodrigo Moreno. El delantero hispano brasileño, que ya ha jugado esta temporada en el club de Mestalla, ha firmado hasta junio de 2019 con la entidad ché y ya es futbolista del equipo de Nuno a todos los efectos, en un movimiento que ha vuelto a despertar dudas y alguna que otra reacción en contra en el entorno valencianista.

 

Y es que las decisiones en el club siguen llevando el sello de Peter Lim y Jorge Mendes y dejan en una situación complicada a Amadeo Salvo y Rufete. Director ejecutivo y director deportivo estaban, se suponía, planificando la próxima temporada, pero el fichaje del otro Rodrigo, el brasileño Rodrigo Caio del Sao Paulo, ya les ha dejado en evidencia. El carioca aterriza en Mestalla por 12 millones de euros a sus espaldas, según medios cercanos a la entidad y además hace que el Valencia descarte el fichaje del francés Imbula, del Olympique de Marsella, que se suponía era el primer objetivo de Salvo y Rufete.

 

Los acontecimientos se precipitan en las oficinas de Mestalla sin que se sepa a ciencia cierta quién las decide y quién Gobierna. En las últimas horas se ha ejercido la opción de compra por Rodrigo Moreno por una cantidad de 30 millones de euros, cuando por sólo cinco más se podría haber optado a la contratación de un Jackson Martínez que ahora parece más lejos que nunca del Valencia. Son decisiones que a la afición le costará entender. También ha habido noticias buenas, como la renovación de Parejo, pero en general la sensación de desgobierno es grande. O de 'bicefalia', más bien.

 

Según estas mismas fuentes, de momento las operaciones se realizan con el visto bueno de Nuno, que parece estar más en la línea Mendes/Lim que en la de corte 'nacional'. A nadie se le escapa que el magnate es el accionista mayoritario y que, por tanto, puede fichar a quien quiera, pero por otro lado se trata de una situación que acabará por no poder seguir teniendo recorrido.