El talón de Aquiles que debe mejorar una de las estrellas del Atlético

Aunque nunca son sinónimo total de verdad o mentira absoluta, las estadísticas ofrecen siempre una base sobre la que analizar el rendimiento de los futbolistas. Y hay un dato especialmente curioso cuando observamos las cifras de uno de los jugadores más de moda en la Liga española en los últimos meses: Koke. El centrocampista del Atlético de Madrid lleva tiempo recibiendo elogios más que merecidos, siendo ya un pilar indiscutible en la maquinaria del medio campo del 'Cholo' Simeone y empezando a hacerse un hueco cada vez más regular en las convocatorias y los onces de la selección española.

Esta temporada, Koke ha disputado un total de veinte partidos de Liga. Es el quinto futbolista que más asistencias ha dado hasta el momento: Un total de 8, con una media de una asistencia cada 221,4 minutos, según datos de MARCA. Koke sólo es superado en esta faceta por Messi, Cheryshev, Cristiano Ronaldo y Benzema. Curiosamente, estos cuatro jugadores son delanteros (o más atacantes que centrocampistas en el caso del hispano-ruso del Villarreal), por lo que podría decirse que Koke es el centrocampista que más asiste de la Liga, y desde luego el español que más lo hace. Incluso Isco, otro de los jugadores de moda en el fútbol español, asiste menos.

Esta estadística se cumple también en la Champions. Koke es el que más asiste en la máxima competición Continental. Hasta ahora lleva cuatro pases de gol, y esperan los octavos de final.

Sin embargo, contrastando con esta magnífica cualidad, el jugador rojiblanco tiene un aspecto que pulir, y muchos se sorprenderían al conocer este dato: Es el jugador que más balones pierde de la Liga española. Nada menos que 248, por 110 recuperados (Messi es el segundo que más pierde). Una cifra que debe tenerse en cuenta, ya que Koke actúa en una parcela del terreno de juego en la que perder balones está más penalizado. Sin ir más lejos, Vicente del Bosque ha confiado en él ya varias veces como acompañante de Busquets en la pareja de medios centros de la Roja, esa dupla innegociable para el seleccionador, y que se supone debe aportar la primera piedra de la estabilidad en la medular.

Koke tiene 23 años. Es joven y tiene mucho margen de mejora. Lleva tiempo en la agenda de los grandes de Europa, entre ellos el Barça. Y tiene argumentos para demostrar lo que vale. Pero también lo que tiene que aprender.