El fichaje que exige Cristiano a Florentino para ser feliz en el Madrid

Cristiano Ronaldo está en modo ataque. La llegada de Rafa Benítez tiene al luso patas arriba. Los movimientos del madrileño cuentan una pérdida de ascendencia del luso en el equipo. Y CR7 mueve ficha.

Fabio Coentrao terminará la temporada con el Real Madrid y después continuará su carrera en un nuevo destino. O eso al menos ha sido el deseo del Madrid y de su nuevo técnico que no se ha opuesto a los planes del club: en los despachos existe el convencimiento de que Fabio ya ha cumplido su ciclo como jugador del Real y creen que ha llegado la hora de abrir la puerta al defensa e ir a por sabia nueva. Benítez da luz verde. ¿El problema? Cristiano.

Desde la directiva se transmitió al zaguero la decisión de no seguir contando con él de cara a la próxima temporada, una realidad que no ha gustado lo más mínimo a Ronaldo que tiene en Coentrao a su mejor amigo en el vestuario y fuera de él. Fabio está en la calle. Y CR7 ha pedido su 'fichaje' para el Real 2015-16.

Los dos portugueses hacen casi todo juntos en Madrid, una situación que recuerda mucho a la vivida en Barcelona entre Messi y Pinto: el Barça renovó hasta la saciedad al guardameta suplente azulgrana, únicamente por su gran vinculación con Leo.

Cristiano ha mandado un 'recadito' a través de Jorge Mendes, representante de Coentrao y propio, a Florentino/Benítez pidiéndoles madurar más una decisión que dejaría al portugués sin su mano derecha en la capital y menos feliz.

Una advertencia que no es nueva: el pasado verano la cabeza de Fabio también estuvo en juego. La intervención de Cristiano paralizó un adiós cantado.

Aún así, el firme posicionamiento de Ronaldo por Coentrao va más allá de la continuidad o no de Fabio: CR7 echa un pulso a Rafa para marcar perfil. El de Madeira quiere seguir siendo la máxima y única estrella y manteniendo su influencia en el club. La negativa de Pérez/Benítez a los deseos del luso sería una prueba más para el delantero de que su posición en el Real ha caído en picado. Y un argumento más para decantar su adiós.