Los 'muertos' en el armario de Simeone: El Atlético 2018-2019 empieza ya

La derrota ante el Barça en el partido que era decisivo para la Liga dejó un clarísimo mensaje del Cholo con su planteamiento inicial... y una conclusión aún más clara respecto a algunos jugadores.

Los 'muertos' en el armario de Simeone: El Atlético 2018-2019 empieza ya

El Atlético de Madrid llegaba con muchísima ilusión al Camp Nou, esperanzado en poder firmar una de esas tardes mágicas para la historia. Lograr que el Barcelona cayese derrotado por primera vez en esta Liga era, además, una inyección fabulosa de moral para los rojiblancos, y por supuesto, un auténtico 'revolcón' que hubiese reavivado la Liga de una forma importante. Nada de eso sucedió, pues Leo Messi finiquitó cualquier opción colchonera con un golazo de falta en la primera parte.

Una primera mitad en la que se pudo ver, una vez más, lo que el Cholo Simeone quiere que sea su equipo... y lo que no fue o, al menos, ya empieza a no poder ser. El técnico argentino dispuso un 4-4-2 claro, con un centro del campo conformado por centrocampistas puros en su totalidad. Sin extremos, ni futbolistas dotados de una especial capacidad para romper líneas, Simeone colocó a Koke, Gabi, Thomas y Saúl en la medular, siendo el africano, sin duda, la principal novedad en el once inicial. ¿El Objetivo? La superioridad, numérica y física, del Atlético de Madrid sobre el Barça en el medio, destruyendo la creación del juego azulgrana.

Sin embargo, nada de lo previsto por el entrenador argentino salió bien durante la primera parte. El Atlético nunca fue certero en la presión alta, ni supo detener la salida de balón del Barcelona, que, además, encontró a Messi casi siempre, y en posiciones bien ventajosas para que rompese líneas por dentro. Aunque, en los primeros 25 minutos de partido y hasta su cambio por lesión, fue más Andrés Iniesta el hombre que hizo jugar a su equipo, siendo totalmente indetectable para el centro del campo colchonero. Más hombres en el medio, sí, pero sin la efectividad a la hora de destruir e imponerse respecto a años pasados.

Iniesta

Simeone fue tremendamente claro cuando, en el segundo tiempo, cambió por completo el dibujo táctico y retiró del terreno de juego a Vrsalijko primero, para dar entrada a Correa, y siete minutos después, a Gameiro por Gabi. El Atlético de Madrid abandonó su versión conservadora para jugar sin lateral derecho y con cuatro delanteros. Thomas pasó a ocupar el costado diestro en detrimento del croata. Ya en el 74', Lucas Hernández entró por Filipe Luis, con un Atlético totalmente volcado arriba y asumiendo muchos riesgos.

El Cholo ya advirtió hace mucho tiempo, concretamente la pasada temporada, que eran necesarios ciertos relevos para algunos pesos pesados de la plantilla. Y no se cortó a la hora de pronunciar nombres propios, asegurando que no estaba seguro de que futbolistas como Gabi pudiesen alcanzar alguna vez el nivel de antaño. Partidos como este le dan la razón. Y dado que no va a cambiar su forma de jugar, es evidente que, sobre todo pensando en la medular, en la que el Atlético ya no es tan rocoso, ni tan inexpugnable defensivamente, amén de menos virtuoso (ni Koke ni Saúl tienen la 'magia' que, en su día, tenía Arda Turan), habrá cambios, salidas y fichajes la próxima temporada. O se intentarán. Los Gabi, Thomas y compañía quedan señalados.