Se cumplen cinco años del gol más famoso del fútbol español

Corría el minuto 116 cuando Jesús Navas galopó por el carril derecho, desde su propio campo y hacia la línea de medios. Allí se fue hacia el centro y, en su huida hacia delante, consiguió que el balón le llegara a Iniesta, que taconeó para Cesc. A su vez, éste se la devolvió al extremo del Sevilla que, de nuevo con el balón en su poder y desde el carril del ocho, levantó la mirada y vio a Torres en la izquierda. El Niño recibió el cuero y lo puso directo al área, donde un exhausto Van der Vaart achicó como pudo. Su defectuoso despeje lo recogió Fàbregas, que vio a Iniesta solo en el área y se la puso con un taco de billar. Tac. Lo que viene después es leyenda. El empalme del manchego fue obra de todos. Stekelenburg tocó el balón, pero no pudo evitar el tanto.

También para el recuerdo quedó la celebración de Andrés, que le dedicó el tanto a su buen amigo Dani Jarque, fallecido el verano anterior en Coverciano tras un parada cardiaca.

Y, mientras Iniesta se quitaba la camiseta, la explosión. Las lágrimas y la alegría de todos los miembros de la plantilla, el estallido de todo un país y la primera Copa del Mundo para un combinado nacional que siempre estuvo abonado a la desgracia en el gran torneo de selecciones. De un plumazo quedaban borrados todos los sinsabores y nombres de infausto recuerdo como Stojkovic, Tassotti o Al-Gandhour.

La mejor generación de futbolistas que dio el país consiguió culminar el sueño que habían tenido las generaciones de nuestros padres y abuelos. El primer Mundial disputado en África quedaría grabado con letras de oro en la historia del fútbol español para el resto de los días.