El clan Ramos amenaza con meter al Real Madrid en un nuevo escándalo

Sergio Ramos no ha cambiado de ida: quiere irse del Madrid y forzará su marcha antes del 31 de agosto. La hoja de ruta está trazada. Y su voluntad se mantiene intacta. El abrazo con el presidente, apuntado en algunos foros como reconciliación entre las partes, no lleva al entendimiento: la postura del clan sigue siendo la misma: emplazan al Madrid a negociar con el United par firmar la marcha del central cuanto antes.

René, hermano y representante, presiona a las alturas: no aceptan los 7,5 millones de euros, que podrían llegar a 8. Las cifras del andaluz son claras: todo lo que no roce los 10 'kilos' no será aceptado. Sergio no quiere vivir lo vivido por Iker -'vox populi' en el vestuario- y destapado por la familia de éste en El Mundo. Sabe que Florentino Pérez le tiene puesta la cruz.

La relación entre jugador y mandatario juega en el descuento. El problema para los Ramos es que el desgaste de la salida de Casillas para la entidad ha sido enorme: las negociaciones, con traca final en su despedida y la familia largando, se le ha ido al Madrid de las manos. El madridismo está mosca. Y el club quiere espaciar en tiempo un nuevo revés a la grada.

El United espera. Los Ramos afirman que nada ha cambiado: la presión de René para resolver la marcha de su hermano cuanto antes es constante. El United, por su parte, intenta meter a De Gea en el entente para ahorrarse los 90 millones que pide el Madrid. Pérez no lo está poniendo fácil. Y la paciencia de los andaluces toca a su fin: amenazan con forzar la postura -estilo Casillas- y trasladar los detalles a los medios.