El golpe de efecto además de De Gea que prepara Florentino Pérez
El mandatario blanco busca hacer olvidar lo sucedido en las últimas semanas
Ha sido duro, doloroso y difícil para todos. Esa es la conclusión general que podríamos sacar de todo lo sucedido en los últimos días en el Real Madrid. Para el club, el presidente y la afición. Tanto el 'casillista' como el 'no casillista' ha estado muy entretenido opinando sobre las vergüenzas y los detalles de una doble despedida del portero y ex capitán blanco, en una nueva guerra divisoria entre los que se alegran de su partida y los que recelan de los tiempos que corren por el club al ver cómo se marchan jugadores de un enorme recorrido.
Más allá de opiniones sobre el protagonista, lo que podemos sacar en claro es que el proceso ha dado de qué hablar, ha generado un rechazo muy considerable hacia el Real Madrid en la opinión pública nacional e internacional -guste o no guste o se esté de acuerdo o no- y que no ha sido la mejor de las puestas en escena hablando de una pretemporada que acaba de comenzar, con entrenador y proyecto nuevo y un siempre difícil y necesario proceso de adaptación.
Por eso, en estos casos lo que mejor suele funcionar es tratar de cambiar el ambiente, el tema de conversación. Hacen falta nuevas caras, nuevas noticias que aparten la mirada de todos desde lo que ya es pasado a lo que es presente. Ya hablamos del acelerón por el fichaje de David de Gea, pero Florentino Pérez prepara otro golpe de efecto: La renovación de Sergio Ramos.
Después de haber dejado marchar a uno de los jugadores más importantes de la historia del club, Pérez sabe que sería casi imposible de soportar la salida de otro de los pesos pesados de la plantilla y por eso no venderá al sevillano pese a los rumores que llevan azotando su imagen semanas. Necesita apuntalar la figura que queda como máximo exponente o líder de la plantilla. Por eso el Madrid se ha plantado en 90 millones para disuadir al Manchester United de su intención de contratarle, y por eso le renovará.
"Algunos no se van a ir". Era una frase pronunciada por Florentino en su discurso en el segundo acto de despedida de Casillas, y desde luego se refería a Ramos. Lo que piense el central es otra historia pero desde luego ese será uno de los caballos de batalla del mandatario a partir de ahora junto con las incorporaciones. De momento el jugador está junto a sus compañeros haciendo la pretemporada y eso ya es un tanto a favor. El abrazo con el presidente, otro, aunque genere dudas en parte de los aficionados. Ahora toca esperar.