Los candidatos del Barça convierten en protagonista a "Floren" Pérez
Todos muestran en el debate de TV3 su deseo de no parecerse en nada al presidente del Real Madrid huyendo de su política galáctica.
Josep Maria Bartomeu logró una especie de combate nulo en el único debate al que se ha prestado durante las elecciones a la presidencia del FC Barcelona que tendrán lugar el próximo día 18 de julio. Entre importantes dificultades oratorias para hacer llegar su mensaje a los votantes comiéndose las sílabas, Bartomeu se agarró al triplete y a Luis Enrique y Messi para superar el momento más difícil en su objetivo de conseguir la presidencia del Barça por la vía de las urnas.
Si a Bartomeu se le vio inseguro, Joan Laporta, de quien se esperaba que utilizara toda su artillería pesada, se mostró correcto en el tono, prudente en las formas y ponderado en los fondos. Quizá demasiado. Era su gran oportunidad para desarmar al gran favorito en las encuestas y la desaprovechó. Agusti Benedito también ha perdido el punch que en las elecciones de 2010 le llevó a convertirse en el jefe de la oposición. Demasiado preocupado por Qatar, aportó tímidamente el nombre de Monchi para ilusionar con algo al barcelonismo. La sorpresa positiva fue Toni Freixa, un hombre que despierta muchos recelos por su pasado laportista y rosellista. Directivo de Bartomeu hasta el último día, no lo tiene fácil para desmarcarse de los errores del ex presidente y adjudicarse los aciertos. Por eso le acusó de presidencialista, lo que le servía para aclarar que él no se enteraba de nada en la junta de Bartomeu y por tanto no se le puede acusar de cómplice.
El debate de TV3 fue un todos contra Bartomeu. En algún momento llegaron a acorralarle, pero nadie asestó el golpe de gracia y entre todos permitieron que Bartomeu acabara el debate ileso y sin rasguños. Demasiado tiempo perdido con Qatar, un tema que al socio le interesa mucho menos de lo que los candidatos piensan, y con Florentino Pérez, a quien Laporta llegó a llamar "Floren". Ven todos en Bartomeu una desviación hacia el sistema galáctico de Pérez y le exigen más atención a La Masía que al talonario. curioso que todos quisieran huir del modelo Florentino y exigieran más Xavis, Messis e Iniestas como si los cracks se reprodujeran en La Masía como las setas.
Hubo muchas promesas: desde futbolistas felices, hasta mejores precios en los bocadillos de los bares del Camp Nou pasando por unas condiciones más humanas en los viajes con el equipo. Bartomeu convirtió el caso Neymar en "un tema menor", se agarró al triplete como tabla de salvación y se quejó al moderador de que aquello era un tres contra uno. También adelantó que, además de Qatar, el Barça cuenta con otra oferta asiática de peso para lucir en su camiseta. Y descubrió que Qatar tiene derecho de tanteo para igualar la mejor oferta que llegue al club.
Joan Laporta estuvo muy atento a todo. En un momento de debilidad, Agustí Benedito le dio la razón por segunda vez. "Pues vótame", le dijo. Laporta esta vez no explotó el apellido Cruyff y se peleó con buen tono con Benedito por dilucidar cuál de los dos era más independentista. Se autodenominó "experto" en gestionar el éxito, garantizó la felicidad de Messi si salía elegido y se enzarzó con Bartomeu únicamente por acusarle de estar procesado por corrupción y fraude. Bartomeu le pidió que midiera sus palabras, como abogado que es, y que hablara de imputación y nunca de procesamiento.
Benedito parece haber ligado su futuro en los comicios a la denuncia de la presencia de Qatar en la camiseta del Barça. "Financia el terrorismo islámico, compran mundiales y se ha quedado el 10% de El Corte Inglés", dijo. Y poco más aportó. lanzó un mensaje catastrofista de que el club no está en condiciones financieras de afrontar la remodelación del Camp Nou y reculó en su declaración oficial de que devolvería a Turan y obligaría a Bartomeu a pagar la penalización. La aparición de Luis Enrique agradeciendo el fichaje a la junta gestora ha amansado a la fiera de quien se esperaba mucho en el debate, en donde tenía que encontrarse como pez en el agua imponiendo su facilidad de palabra a la de Bartomeu, pero no logró su objetivo de dar un vuelco espectacular a la intención de voto del socio.
Toni Freixa, por su parte, fue la sorpresa positiva, aunque su presencia en la junta de Bartomeu le resta credibilidad, especialmente cuando se desmarca de los errores. Y no lo salva diciendo que Bartomeu era presidencialista y no informaba a los demás. Por dignididad debió haberse ido si ejercía en la junto el mismo papel que un florero. Freixa se apoderó también de Johan Cruyff, ante la sorpresa de Laporta, explicó que aplicará su modelo y que cuenta con cruyffistas confesos como Laureano Ruíz, Jose Mari Bakero y Miquel Angel Nadal. Freixa apostó por programas y no por nombres y prometió un Barça más comprometido con La Masía y menos con el talonario. Y le echó en cara a Bartomeu que siendo el mejor equipo del mundo y disfrutando del mejor futbolista de todos los tiempos, el Barça no sea capaz de conseguir el liderato en ingresos.