Primeras conclusiones sobre el 'método Benítez': Seriedad pero complacencia
De momento no hemos visto la versión exigente y enérgica del entrenador
Apenas unos días de entrenamientos en Australia y unas primeras declaraciones ante la prensa han servido para empezar a adivinar cuál es el plan de Rafa Benítez en este Real Madrid. No ya sus planes sobre el equipo, su disposición sobre el césped o los jugadores a utilizar, sino su idea de cómo gestionar el grupo o las relaciones con la directiva y la zona noble de la entidad.
En lo que se refiere a su trabajo como entrenador, se empiezan a ver sus métodos: Seriedad, mucha implicación en las sesiones, un afán por 'profesionalizar' los métodos de entrenamiento -con mucho balón, como él mismo asegura, pero con más rigidez- y una primera idea consistente en apuntalar el equipo. Sacrificará algo de anarquía arriba por una mayor presión alta y una actitud defensiva más ordenada.
Pero, ¿y su capacidad para mandar? Por el momento, hemos visto a un Rafa Benítez muy poco exigido. No han llegado problemas en forma de tensiones de vestuario o malos resultados. Veremos su verdadero carácter durante la temporada. Pero el técnico tiene fama de no callarse las cosas cuando no le gustan, ni siquiera si vienen de arriba. En Valencia o Liverpool pueden dar fe de ello.
No así, de momento, en el Real Madrid. El caso Ramos es uno de los primeros que tiene sobre la mesa, así como tuvo hasta hace pocos días el de Iker Casillas. Con ambos ha lidiado con mucha mano izquierda, justo lo que se le criticó a Carlo Ancelotti en su última etapa en la casa blanca. "El club decide", es básicamente lo que Rafa ha predicado, lo cual quiere decir que se ajustará a los mandatos de la directiva y que no rechistará por ninguna de sus deciones aunque no esté de acuerdo... al menos de momento.
Está por ver qué hará cuando realmente se sienta personalmente amenazado dentro de su posición. Benítez no reclama fichajes cuando le han vendido a su portero y capitán del equipo y dice que quiere contar con el segundo líder de a bordo, pero deja la puerta entreabierta a un posible traspaso si la directiva así lo estima oportuno. Parece que de momento no quiere soliviantar al personal. ¿Cuánto durará esta versión del técnico?