Al "Mamón Monchi" ya le ponen deberes tras renovar con el Sevilla

Dos asuntos están encima de la mesa del director deportivo andaluz

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Monchi firmó al fin su renovación como director deportivo del Sevilla CF hasta el año 2020. "Estoy en el único sitio donde quiero estar" afirma el director deportivo hispalense, que fue contundente a la hora de hablar sobre las llamadas que llegaron desde Barcelona en su día y que pretendieron convencerle para hacer las maletas. Nada de nada. Su corazón está en Nervión.

 

Eso sí, al ya legendario director deportivo le seguirán exigiendo al máximo que triunfe en cada decisión que tome, lo cual entraña un riesgo. El propio Monchi estuvo gracioso durante su discurso en el acto de anuncio de su renovación.

 

"Desde que ha salido la noticia, mis cuentas de redes sociales han sido inundadas con mensajes de cariño y agradecimiento. No sabía que había tanta gente que se iba a alegrar. Me gustaría mandarle un mensaje a la afición: Tiene que ser agradecida, disfrutar y seguir siendo ambiciosa y exigente. Somos distintos por muchas cosas. Hemos crecido por la exigencia, interna y externa. Agradezco esos mensajes, pero también las críticas porque me han servido para crecer. Ha habido un tuit que define lo que he querido decir: 'Monchi, eres el mejor, no me puedes hacer más feliz, pero ficha un delantero, mamón'. Eso define lo que tiene que ser un sevillista, agradecido, pero exigente", explicó.

 

Pues bien: A Monchi ya le llueven las 'cosas de trabajo'. Se ha tenido que exponer a un intento de oferta por Kevin Gameiro por parte del Villarreal, que como los andaluces anda ávido de delantero y quiso tentar al francés. El Sevilla se ha resistido reclamando una cláusula de rescisión a la que el submarino amarillo no puede acceder.

 

Por otro lado, el propio Monchi sigue gestionando la llegada de otro ariete que complemente a Immobile y al propio Gameiro. Roberto Soldado es la opción que lleva barajándose muchos días (y que también contempla el Villarreal). Parece que no habrá problemas en convencer al jugador, que tras dos campañas en el ostracismo en Inglaterra quiere salir del Tottenham para volver a recuperar su mejor versión. El director deportivo trata de minimizar el gasto por el futbolista, que de momento se planta en los 15 millones de euros que piden los Spurs. Monchi tiene deberes.