Confidencial: El último movimiento en el vestuario del Madrid que sentencia a James (o casi)

Confidencial: El último movimiento en el vestuario del Madrid que sentencia a James (o casi)

La situación del colombiano se agrava mucho en el club blanco en base a dos vertientes.

James Rodríguez vuelve a tenerlo bastante crudo para quedarse en el Real Madrid la próxima temporada. O al menos, lo tiene crudo en general, viendo cómo se han desarrollado los acontecimientos en las últimas dos semanas y de qué forma está bajando su caché internacional, con una pérdida de valor que va a poner complicada una hipotética venta este verano, algo que hemos contado este mismo jueves en Don Balón.

 

 

Pero al problema de su baja cotización, James debe añadir sobre todo el que más le atañe: su situación personal y futbolística. Hizo un lavado mental en Navidades. Cerró la boca, se puso a trabajar y entonó el ‘mea culpa’ tras sus declaraciones después de ganar el equipo el Mundial de Clubes. Pareció que la táctica le salía bien al principio. Zidane contó algo más con él en los primeros encuentros de 2017 y eso se refrendó con buenas actuaciones, pero una inoportuna lesión y el advenimiento de los partidos importantes con toda la plantilla disponible le ha devuelto a la cruda realidad: juega muy poco, y le cuesta ser constante cuando lo hace.

 

El tiempo pasa y no parece que su situación tenga visos de cambiar radicalmente salvo milagro. Y además, lo que ha pasado con Isco Alarcón en los últimos días le ‘condena’ de forma involuntaria. Si finalmente el malagueño decide renovar por el Real Madrid, James tendrá menos posibilidades de quedarse, ya que de forma totalmente lícita, la intención del club es darle más protagonismo a Marco Asensio la próxima temporada. Eso hace inviable mantener al mallorquín junto al malagueño y al colombiano otro curso entero.

 

James

 

Y parece que ahora, a diferencia de hace dos semanas, cuando el acecho del Barça provocó un terremoto considerable a nivel social y mediático, Isco está más cerca de quedarse que de irse. En este sentido, la actuación del vestuario es clave. La caseta, los pesos pesados, quieren que se quede. Sergio Ramos está actuando de líder en este sentido, intentando convencer al de Arroyo de la Miel para que no haga las maletas: “esperemos que siga, mejor que en el Madrid no va a estar en ninguna parte”, dijo públicamente al acabar la concentración de la Roja este martes.

 

Esto, sin quererlo nadie, condena un poco a Rodríguez. Aunque todo puede cambiar otra vez de forma radical en un abrir y cerrar de ojos si finalmente Isco decide no continuar, o si el de Cúcuta resulta decisivo en los dos meses que quedan de campaña. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, su situación no parece ir a mejor.