El mensaje 'con bala' del vestuario a Cristiano Ronaldo (y Zidane) tras golear al Deportivo

El mensaje 'con bala' del vestuario a Cristiano Ronaldo (y Zidane) tras golear al Deportivo

Partidazo de la segunda unidad en La Coruña tres días después de la derrota de los titulares del Real Madrid en el Clásico.

Había dudas y expectación por saber cómo respondería el Real Madrid tras el mazazo en forma de cañonazo de Leo Messi en el último suspiro del Clásico. Jugaba en La Coruña, campo otrora maldito y siempre incómodo, sabiendo que el equipo azulgrana había goleado a Osasuna y metía todavía más presión a la Liga. Y los suplentes respondieron una vez más. La segunda unidad mantiene intacta la idea idílica de Zinedine Zidane de una plantilla donde todos sean importantes, aunque cada vez más van demostrando que seguramente ellos lo sean más que los supuestamente titulares en más ocasiones de las que deberían. El 2-6 ante un Deportivo ampliamente superado durante todo el encuentro fue un puñetazo en la mesa, pero también la confirmación de que, ahora mismo, casi todos los hombres que parten desde el banquillo en el Real están en mejor forma que el equipo base.

 

 

Los cambios de Zidane. Respecto al pasado domingo, el entrenador francés conservó únicamente dos futbolistas en su once titular: Nacho y Marcelo. El resto fueron novedades, empezando por Kiko Casilla y siguiendo por el regreso de Varane en defensa junto a Danilo, una línea de tres por delante totalmente nueva (Kovacic, Isco, James) y la delantera suplente, con Asensio, Morata y Lucas. Un 4-3-3 en ataque convertido en 4-5-1 en fase defensiva, que permitió al Real Madrid tener más el balón que nunca, gobernar más que nunca y ser tan ofensivo y eficaz como siempre o incluso más. Y Cristiano Ronaldo, en casa.

 

El mensaje a los titulares. Precisamente, la ausencia del portugués, junto a la de Karim Benzema, Kroos y Modric, deja bastante al aire cierta herida que se va abriendo conforme vamos alcanzando las últimas fechas de la temporada. Empieza a ser evidente que ni el estado de forma ni la inspiración de muchos de los hombres titulares indiscutibles del Real Madrid esta temporada están siendo las mejores en este tramo final. Con la goleada, el vestuario le mandó un claro mensaje al portugués, pero también a Zidane: nadie es imprescindible y si el Real Madrid gana los dos títulos en juego no será sólo por los futbolistas en los que todos piensan de primeras, sino más bien por aquellos que, como esta noche, sacaron las castañas del fuego al francés y al equipo en numerosas ocasiones este curso.

 

Isco

 

Un cuarteto de película. Sin embargo, no se crean que este 'mensaje' a Ronaldo, al resto de titulares y a Zidane significa algo necesariamente malo o tenso. Todo lo contrario. El vestuario es consciente de la trascendencia de los titulares, y el buen rollo sigue imperando dentro de la caseta merengue. Ahora bien, empieza a tocarle al galo decidir si en determinadas posiciones y con jugadores concretos, algunos suplentes merecen pasar a ser la primera opción en los partidos que quedan. Desde luego, hay cuatro nombres que llaman a la puerta. El primero Isco, que volvió a firmar un encuentro excelso, absolutamente magistral, en la línea del que hizo en Gijón. Y siguiendo por Marco Asensio, que debería ocupar el puesto de Bale hasta el final de la temporada; por James Rodríguez, que ha despertado en este tramo final. Y finalmente por Morata, que falla goles cantados pero aporta tantos aun así, y que está definitivamente en mejor forma que Benzema.

 

El Deportivo, superado. A todo esto, del partido en sí diremos que fue precioso. Que se marcaron ocho goles pero pudo haber otros ocho más, como poco. Que el Madrid ya mandaba a los cincuenta segundos, tras una pérdida del equipo gallego que penalizó en golazo de Morata, algo a lo que siguió un cuarto de hora monumental de los blancos, que estrellaron el esférico dos veces en los postes y fallaron otros dos tantos, además de marcar un tercero anulado por fuera de juego inexistente. Tras eso, el Real se relajó veinte minutos y metió al Depor en el partido, para luego retomar el control del fútbol hasta el final. James marcó dos tantos, Lucas hizo el tercero e Isco y Casemiro maquillaron el marcador. Hubo velocidad, solidaridad en la recuperación, toque y un recital de fútbol combinativo e imaginación en ataque. Andone y Joselu hicieron los tantos locales.

 

¿Y ahora? Se debatirá y mucho el hecho de que los suplentes juegan más y mejor que los titulares, al menos en este tipo de partidos y en este tramo concreto de la temporada. El mensaje es claro, y a Zidane le toca decidir en su momento más trascendental desde que está en el banquillo del Madrid. Si empieza a meter a los Isco, Asensio y compañía nadie se lo podrá rechistar, pero si no lo hace bajo el paraguas del éxito estará condenado. Del mismo modo, dar ese tremendo paso en los partidos clave que quedan significará iniciar un jaleo considerable en el vestuario que seguramente sólo alguien como él podría soportar.