CR7 'corta una cabeza' en el Real Madrid de Zidane tras su Hat-Trick

De nuevo, el Rey. Cristiano Ronaldo se ha erigido como el principal héroe del derbi europeo que acerca muchísimo al Real Madrid a la final de la Champions League en Cardiff. Tres goles del '7' madridista desarbolaron por completo al Atlético en el marcador, aunque es cierto que la caída del castillo de napies que fue el conjunto del Cholo Simeone se debió a un partido coral del equipo blanco, sin duda el mejor de este curso de los de Zidane. Por cierto, que el francés sale más que reforzado del envite y sólo semana y media después de caer de forma descorazonadora en el Clásico frente al Barça.

Pero volvamos a Ronaldo. Sus cinco dianas ante el Bayern de Múnich en cuartos ya le habían erigido como el artífice fundamental del pase a semifinales. Un brazo ejecutor que llega justo en el momento más crucial de la temporada, cuando los equipos grandes más necesitan los goles decisivos, y el portugués los está marcando a partes, o a triples. Pero no sólo hemos visto renacer a Cristiano en estas eliminatorias tras una fase de grupos discreta. Lo que ha sucedido en estas últimas semanas es que 'ha nacido' un nuevo Cristiano Ronaldo, convertido en una versión, todavía no sabemos si mejorada, de Hugo Sánchez en el Real Madrid del Sigo XXI. Un delantero total reconvertido a delantero centro que lo borda en el remate al primer toque y el juego aéreo, que olfatea las ocasiones como nadie y que conserva un mínimo de desborde físico, justo lo necesario para aguantar noventa minutos acechando a sus rivales.

Podrá ser un Cristiano menos espectacular, pero seguirá siendo tan decisivo como lo ha sido siempre. Este es su rol futuro (o ya, presente) en el Real Madrid, tan lógico por su evolución como necesario para sobrevivir en un equipo plagado de estrellas que te atropella en cuanto levantas el pie del acelerador, lleves un año o diez siendo protagonista. Por mucho que tanto Zidane como él mismo se empeñen en negarlo, es muy posible que la próxima temporada veamos un Real Madrid más amoldado a su nueva posición y su nuevo papel en el conjunto: un sistema con más toque y profundidad por bandas y un hombre que lo finalice todo desde la posición de '9'.

El gran damnificado

Sin embargo, esta transformación de Cristiano Ronaldo, otra vez exhibida este miércoles para infortunio rojiblanco, conlleva una noticia dolorosa para los amantes del estilismo: Karim Benzema empieza a tenerlo crudo. Al francés siempre se le achacó el falso hándicap de hacer pocos goles (pese a estar entre los diez máximos artilleros de la historia del Real Madrid), pero lo compensaba todo haciendo de mejor amigo y socio letal del portugués en la delantera. Un hombre capaz de armar el juego, de moverse como nadie entre líneas, aguantar balones de espaldas o desequilibrar cayendo a los costados, con una técnica deliciosa y una facilidad para eliminar rivales y proporcionar asistencias como pocos arietes tienen en el mundo. Pese a todo esto, el tema del gol siempre fue una losa que alimentó a sus críticos.

Ahora tienen una vía de agua de la que 'chupan' como si no hubiera un mañana: Benzema ha hecho una temporada muy irregular, lo cual le ha llevado no sólo a no marcar muchos goles, sino también a no ser tan socio de Cristiano como lo fue siempre. Indirectamente y sin quererlo, el luso le está 'matando' lentamente. Ocupa cada vez más sus espacios por dentro y le obliga a jugar por fuera, algo que es virtud en él cuando recurre a ello como sorpresa y no como norma. Ver a los dos desmarcarse hacia el mismo lado y perder jugadas de peligro por su falta de compenetración es cada vez más normal. Y parece que, en un pulso entre ambos, el ariete 'rematadodo' ganará la partida al fino estilista. Benzema puede sentirse muy en peligro respecto a su futuro en el Madrid, porque éste lo está.