El dato que ridiculiza a Cristiano Ronaldo y que enerva a la Juventus

El dato que ridiculiza a Cristiano Ronaldo y que enerva a la Juventus

El portugués comienza a perder la confianza de la hinchada del equipo de Turín

La Juventus de Turín está en el peor momento de la temporada y, muy posiblemente, en el peor momento de los últimos 5 años. El equipo ha ido bajando su rendimiento y ayer ocurrió algo que parecía bastante probable viendo sus últimos partidos, perdió en Lyon contra el Olympique. El equipo francés pasó por encima como un rodillo sobre el conjunto entrenador por Maurizio Sarri. Además, Cristiano dejó otra estadística de las que debe avergonzarse. “¿De verdad algunos piensan que es el mejor del mundo?”, decían ayer desde Italia.

El portugués no consiguió marcar, en parte por que el equipo de Turín tampoco generó excesivas ocasiones de gol. No llegó a tirar a puerta en los 14 intentos que realizaron. Así es realmente difícil imaginar a la Juventus siendo Campeona de Europa. Tienen mucho que mejorar.

Dybala fue de nuevo el mejor en un equipo donde el fútbol de asociación que propone Maurizio Sarri comienza a ser una utopía. O el entrenador no es capaz de hacer llegar el mensaje a los jugadores o los jugadores directamente pasan de él. Pero cada vez es más claro que las cosas no funcionan en Turín.

Cristiano volvió a lanzar una falta. Solo sirvió para engrosar esa estadística con los libres directos que comienza a ser sonrojante. Desde que llegó a Turín no ha marcado ningún gol de falta en los 38 intentos que ha realizado. 24 de ellos fueron contra la barrera. En Turín la plantilla no sabe como decirlo, pero prefieren que las lance Dybala. Es mucho más eficaz.

La afición está desesperada y también quieren que el portugués deje de intentarlo. Al menos durante una temporada. Si es cierto que en su época en el Manchester United era un consumado especialista, pero desde entonces su rendimiento en este tipo de acciones ha disminuido de forma drástica.

Es el momento de pararse a pensar y reflexionar. Que las faltas las tire otro. Que el ridículo no sea mayor.