El Barça le frena los pies a Piqué: no jugará cuando él quiera
El central se ha llevado un palo tremendo tras una semana de continuo subidón
En Barcelona muchos empezaban a estar cansados de la actitud de Gerard Piqué. Tanto la afición como la zona noble del club entienden que, más allá de la actitud siempre crítica que emana del capitán culé, hay cosas que se deben guardar para solucionarlas internamente y no airearlas públicamente.
Pero al margen de ese tema, en el que quién más y quién menos ya sabe que no se logrará cambiar al catalán a estas alturas de la partida, el punto importante del día con respecto a Piqué ha sido el de la fecha de su regreso a los terrenos de juego. Se ha venido afirmando en los últimos días por parte del jugador y su entorno más próximo que el partido de la reaparición podría ser el 14 de febrero, día marcado en rojo en el calendario de cualquier culé por enfrentarles a uno de los transatlánticos del panorama europeo: el Paris Saint Germain que ahora dirige Mauricio Pochettino.
La noticia ha saltado cuándo desde el club se ha informado de que esa fecha está completamente descartada por el equipo médico, así como por el propio Koeman y el resto del staff técnico. Para ese día Piqué podría tener el alta médica y estar ya entrenando con el grupo, pero aún así el que fuese canterano y es ahora santo y seña del equipo catalán no tendrá aún ritmo competitivo para afrontar con garantías un choque tan importante.
Por si fuese poco esto, hay que tener en cuenta que frente al Barcelona estarán los Kylian Mbappé, Di María y compañía, con lo que entrar en el once inicial en un choque con tantísima exigencia es altamente desaconsejable y más aún cuando Koeman cree que con Araujo y Lenglet la defensa está suficientemente protegida.
Piqué, que se lesionó el pasado 21 de noviembre, ha acortado plazos y ya la semana pasada se mostraba muy optimista al comentar que esperaba estar listo en la ida de los octavos de la Champions. Desde el club se le ha querido bajar de la nube en la que el 3 del Barça llevaba unos días y devolverle a la cruda realidad: no jugará cuando él quiera, sino cuando Koeman y su equipo lo decidan.