Reunión decisiva en el Bernabéu por Kylian Mbappé: igual que CR7, fecha fijada que ni conoce el PSG
El club blanco se da una última oportunidad consciente de la dificultad que siempre hubo pero además de la necesidad que ya no tienen
Cuando el ídolo de la infancia de Kylian Mbappé, Cristiano Ronaldo, promulgó que se iba del Real Madrid, poco menos que hubo gente y entornos, tanto internos como externos, que auguraron terribles consecuencias para el club blanco, y en verdad las hubo… pero solo un año. El Madrid, como siempre ha hecho, encontró nuevos cracks rápidamente y volvió a ganar, tanto en España como en Europa. Por eso, como suele ocurrir en el Bernabéu, hubo un tiempo en que Mbappé, el galáctico de turno, fue una obsesión, pero ya no lo es, por eso se le da una última fecha y opción al 10 de les bleus, pero nada más.
Un hueco que habría que crear, un estatus que no existe
Ahora mismo el Real Madrid tiene una estrella que brilla con luz propia, un Jude Bellingham que es lo más parecido a la figura del equipo, pero no es la única y ni mucho menos la plantilla gira en torno a él. Pero el inglés, junto con Rodrygo Goes, Vinicius Júnior, y después, con Arda Güler, Brahim Díaz, Joselu o Endrick (por citar a los atacantes) sí es ya un problema para el hipotético fichaje de Mbappé, ya que el francés llegaría con un estatus y provocaría unos movimientos que romperían el equilibrio actual.
Por ahí, hay muchos que en Chamartín lo tiene claro con el jugador nacido en Bondy: ya no es necesidad. Sin embargo, Florentino Pérez, que ya no piensa en el fichaje del galo como algo obligatorio, se va a dar una última oportunidad, que será a partir del 1 de enero, fecha en la que el jugador puede sentarse a negociar con quien desee ya que carece de vinculación con club alguno más allá de junio de 2024. Pero la gran diferencia esta vez estriba en que la llamada del Madrid es un ultimátum al jugador, un ‘ahora o nunca’, y con condiciones.
Es decir, el Madrid quiere saber en enero y en su primera quincena si el francés va en serio en su idea de vestir de blanco y una vez tenga el OK del galáctico, si es que existe, el Madrid preguntará por las cifras y empezará a calibrar si le conviene la operación. Y hablamos de este orden en el procedimiento porque en la casa blanca, con el presidente a la cabeza, lo tienen claro: ya no es negociable otra cosa, ahora que ya tienen a los jóvenes talentos del futuro, Mbappé es una guinda maravillosa pero prescindible llegado el caso; luego, cualquier intento de modificar, alargar o matizar estas condiciones terminará en el mismo lugar para el gigante español: cerrojazo para siempre a su fichaje.
