Zidane se queda solo ¡Su despido está listo!

Zidane se queda solo ¡Su despido está listo!

Situación límite

El Real Madrid está justo donde no quería estar a estas alturas de la temporada, es decir, más o menos en una situación similar a la del año pasado, sin estrella (Eden Hazard no volverá esta temporada), sin ánimo (ha acumulado dos derrotas, un empate y una victoria en los últimos cuatro partidos, amén de una eliminación dolorosísima en el Bernabéu en la Copa del Rey), con el Barça líder y sin gol. Zidane, máximo responsable del destino deportivo del club (ya que Florentino es culpable en lo institucional) está contra las cuerdas y puede el domingo firmar su sentencia.

Quién lo diría hace un mes, pero es así. El Madrid es esto. El club de Concha Espina no sabe ser gris, nunca va a serlo, como Maradona. El amor y el odio conviven en una misma línea en el club de Chamartín, para bien o para mal. Zinedine Zidane, que fue pitado cuando era el mejor del mundo sobre un terreno de juego, cuando ganó tres Champions League consecutivas como entrenador, conoce mejor que nadie cómo respira el Bernabéu. Por eso sabe que si pierde ante el Manchester City y el Barça estará fuera del club.

Los blancos cayeron goleados en su estadio ante el Ajax de Ámsterdam la pasada campaña y firmaron la desesperación hecha realidad de una temporada catastrófica. Esta no lo es tanto… hasta la fecha. Porque el Madrid, que lo tenía todo controlado hace un mes, ha caído en picado en febrero y se ve al borde del abismo sin quererlo. El ocaso asoma y señala un horizonte con dos de los peores rivales posibles en el mundo, skyblues y azulgranas. Y tiene que ganar a los dos.

Zinedine Zidane

Y amoldarse a batallas diferentes. La de mañana en el Bernabéu (21.00, hora española) es una de estilos y nervios, donde los fallos penalizan triple y donde hay, eso sí, una pequeña red -no muy confortable- a la que agarrarse, el City of Manchester Stadium. Y sin solución de continuidad llega la del domingo, ante el Barça, en el Clásico, que es definitiva en lo negativo -ya que si los madridistas pierden frente a los culés estarán a cinco puntos y con el golaveraje en contra- pero continuista en lo positivo (una victoria solo les da un margen de un punto en la tabla, nada definitivo). Es decir, el Madrid de Zidane y el mismo entrenador saben que estarán muertos si pierden, y sin embargo, están tan obligados a ganar en ambos choques, como que nadie les asegura nada en la victoria.

Zidane necesita ganar al cuadro de Pep Guardiola y al de Quique Setién sin Hazard, sin puntería, con Benzema en el peor momento de la temporada, sin la confianza de la regularidad perdida, con menos talento de cara a potería que su adversario y con la presión del despido sobre su espalda. La espada de Damocles no apretó nunca y en tan corto espacio de tiempo tanto como esta semana lo hace sobre el míster francés.

Por otro lado, Zidane nunca ha cedido en una eliminatoria de Liga de Campeones ni ha perdido en el Camp Nou (sí en el Bernabéu, ante el Barça). Zizou está acorralado, como el Madrid, aunque lo está en su teatro de los sueños…