La Supercopa marca el cambio de Xavi más temido por Raphinha y Ferran
A la vista viene quedando la nueva idea del técnico blaugrana para componer su esquema
El 4-3-3 ha sido la formación por la que ha apostado Xavi Hernández desde que llegó al FC Barcelona a finales de 2021, pero esta apuesta del técnico de Terrassa no ha surtido el efecto -hablando en líneas generales- que el catalán deseaba. La llegada de Raphinha y Lewandowski el pasado verano dejó entrever que, con ellos acompañando a Ousmane Dembélé en el tridente ofensivo, el equipo tendría muchas más facilidades para anotar goles y generar peligro constantemente, pero a la vista vienen quedando los problemas existentes en esta parcela.
De ahí que, en el Metropolitano, sin venir mostrando Ferran Torres y el propio Raphinha una versión suficientemente convincente como para formar parte del elenco de favoritos de Xavi, el técnico apostó por un cambio radical para afrontar el encuentro liguero: un 4-4-2 en el que Dembélé y Ansu Fati fueron las piezas más adelantadas y un centro del campo compuesto por cuatro efectivos, Frenkie de Jong, Gavi, Pedri y Sergio Busquets.
El rendimiento del equipo fue bastante destacado en tierras capitalinas y esto podría tener su punto álgido en la Supercopa de España que se celebrará esta misma semana ya que el FC Barcelona se mide este jueves, a las 20.00 (hora española), ante el Real Betis por un puesto en al final que se disputará el próximo domingo y que tendría como rivales al Real Madrid o al Valencia.
Aquí Xavi, en el mencionado encuentro ante el conjunto andaluz, ya sabe que su apuesta ante el Atlético de Madrid surtió un efecto mucho más gratificante del esperado y, a menos que una lesión lo impida, volverá a apostar por los mismos futbolistas a excepción de un Ansu Fati que dejará su puesto a Lewandowski en la punta del ataque culé.
Esta nueva idea de prescindir de un extremo puro para reforzar el centro del campo, siendo Dembélé intocable en los planes del técnico, daña por completo a Raphinha y Ferran Torres, dos futbolistas que ya vienen perdiendo mucho peso en los planes del entrenador y que, con este renovado sistema, verán aún más afligidos sus intereses personales en el equipo: en Madrid se vislumbró el cambio, la Supercopa lo puede robustecer.