Messi calla pero no acepta la proposición de paz de Bartomeu ¡Harto!

Messi calla pero no acepta la proposición de paz de Bartomeu ¡Harto!

¡Con Lupa! Una derrota hoy incendiaría 'Can Barça'

Se respira una tensa calma. Josep Maria Bartomeu trató a su vuelta de Bruselas, por una cuestión política, de apaciguar las aguas en Can Barça y no accedió a darle la cabeza de Eric Abidal a la plantilla y a Leo Messi. Por el contrario, el francés sigue el frente de la dirección deportiva hasta final de temporada, cuando será destituido, el presidente consigue una normalidad oficial, que no oficiosa, y el Barça se encomienda, como siempre, a sus resultados deportivos.

Y este arreglo no deja contento a nadie. Ni al aficionado, que alucina con los líos internos y como estos están maltratando la imagen sobre el terreno de juego del equipo; ni al crack argentino, que está harto de que se utilice su nombre al antojo del club, porque siente que cuando ganan es gracias a él, pero cuando pierden es porque Messi gobierna el vestuario y “hace las alineaciones”; ni a la plantilla, que se ha dividido después de la destitución de Ernesto Valverde pero que en suma están descontentos con el modo de actuación de la directiva, que no contenta a nadie.

Bartomeu

Y de cada problema que surge, que se van sumando formando un poso de obstáculos para la entidad culé, la presión crece con respecto al grupo y Quique Setién, ya que con las aguas tan revueltas cualquier tropiezo puede enceder la mecha y la ira de los hinchas, la prensa y todas esas voces con ganas de gresca. En definitiva, el Barça ahora mismo no es un ecosistema propicio para la calma ni la paz deportiva y eso puede tomar cáliz de crisis hoy en San Mamés.

Los blaugranas se ven las caras con el príncipe de la Copa del Rey a las 21.00 en La Catedral, hora española, (los azulgrana han ganado el torneo copero en 30 ocasiones, mientras que los rojiblancos lo han hecho en 24), y a Leo Messi le huele a final. El astro sudamericano entiende que una derrota y eliminación en su competición fetiche permitirá levantar lodo a todos los detractores del actual modelo de proyecto. Lo peor es que Messi, que quiere ganar, tampoco se opone a que los enemigos de Bartomeu pidan su cabeza, de hecho cada vez atisba más cercano el momento de elegir entre él o el presidente. Si esto llegará a referéndum popular culé, el máximo mandatario podría ir poniéndose en la cola del paro.

Leo Messi