Joan Laporta da el visto bueno para activar una última palanca de más de 100 millones

Las obras del Camp Nou pueden generar muchos ingresos para el Barça

Joan Laporta da el visto bueno para activar una última palanca de más de 100 millones

La construcción del nuevo Camp Nou es una oportunidad histórica para que el FC Barcelona vuelva a situarse en la élite mundial del deporte y reafirme su condición de club monumental. Sin embargo, la realidad económica del conjunto blaugrana sigue siendo delicada. Las cuentas continúan sin sanearse del todo y la deuda, unida al descenso de ingresos por jugar en Montjuïc, mantiene al club en una situación frágil que Joan Laporta intenta revertir con medidas de emergencia.

Consciente de que el retraso en el regreso al Camp Nou está suponiendo pérdidas millonarias —al reducirse casi a la mitad la capacidad de espectadores en los partidos y, por tanto, los ingresos por ticketing—, la directiva azulgrana busca una nueva vía de financiación que no implique vender más patrimonio. Y según las últimas informaciones, Laporta ya ha dado luz verde a lo que sería la última gran palanca económica de su mandato.

Joan Laporta tiene un acuerdo cerrado

Tal y como ha explicado Joan Sentelles, responsable del Espai Barça, en declaraciones a RAC1, el club ya trabaja en reclamar las penalizaciones por los retrasos de la empresa Limak, responsable de las obras del nuevo estadio. Según el contrato firmado, el Barça tendría derecho a exigir una compensación de un millón de euros por cada día de demora en la entrega del proyecto. Y teniendo en cuenta los meses de retraso acumulados, la cifra total podría superar los 100 millones de euros.

Este importe funcionaría en la práctica como una nueva palanca financiera, capaz de aliviar de forma inmediata la situación económica del club. Laporta y su equipo confían en que este ingreso permita reforzar el presupuesto operativo y, al mismo tiempo, evitar la venta de más activos estratégicos.

Así pues, Joan Laporta prepara el terreno para activar esta última palanca a través de la reclamación a Limak, que podría verse obligada a pagar una cantidad descomunal por el incumplimiento de los plazos. No obstante, aún queda por ver si el contrato incluye cláusulas que reduzcan la sanción final o si la constructora turca está dispuesta a llegar a un acuerdo extrajudicial para evitar una factura que podría rozar la ruina.