Lamine Yamal ha comenzado a ganarse enemigos dentro del vestuario del Barça
La actitud de Lamine ha cansado a algunos de sus compañeros
El verano que ha vivido Lamine Yamal ha sido digno de una estrella del rock. El crack del Barça ha ignorado por completo las recomendaciones de tratar de pasar lo más desapercibido posible, para disfrutar de un verano en el que no se ha escondido de nada y ha disfrutado como nadie de todo tipo de fiestas, compañías y pasatiempos. Exponiéndose de una forma que no ha gustado nada ni en la directiva del Barça, ni a Hansi Flick, ni a varios de sus compañeros, que creen que Lamine Yamal se ha excedido en estas vacaciones y creen que debería pedir perdón, al menos, en privado.
Sin embargo, lejos de asumir que se ha equivocado con la elección de sus vacaciones, Lamine ha considerado que no debe nada a nadie y que estaba en todo su derecho de juntarse con las personas que él quisiera sin responder a nadie. No ha hecho nada ilegal y, lejos de pedir perdón, ha optado por seguir adelante y pasar de lo que le digan sobre sus vacaciones. Una decisión que, tal y como hemos podido saber, no ha gustado nada en el vestuario del Barça.

Lamine comienza a caer mal a sus compañeros
La realidad es que las gracietas que antes muchos veían como las de un niño ya han pasado a ser más las de un niño consentido y mimado. En el vestuario creen que hay que tener bien controlado a Lamine y poner fin a varias de sus actitudes, ya que creen que si es capaz de comportarse de esa forma en sus vacaciones, también tiene la edad para comportarse como un adulto cuando las cosas se ponen serias.
Además, si a esto le sumamos que ha estado presionando como nadie para el fichaje de Nico Williams, nos encontramos con varios jugadores como Raphinha o Lewandowski, ciertamente molestos con un Lamine que parece que solamente puede mirarse al ombligo y no acaba de entender lo importante que es cuidar todo el entorno que lo rodea.
Así pues, por culpa de sus erráticas actitudes, Lamine Yamal ha comenzado a ganarse a algunos enemigos dentro del vestuario del Barça, donde no lo ven como ese niño gracioso de la pasada temporada.