Ni fu ni fa para Flick: ya no es ni imprescindible ni intocable en el Barça

Nuevas sensaciones en el centro del campo del Barça

Ni fu ni fa para Flick: ya no es ni imprescindible ni intocable en el Barça

La situación de Frenkie de Jong en el FC Barcelona ha dado un giro que hace unos meses parecía impensable. Con la llegada de Hansi Flick, el centrocampista neerlandés recuperó sensaciones y volvió a sentirse importante, pero ese impulso inicial se ha ido diluyendo con el paso de las semanas. Hoy, su papel en el equipo transmite una sensación extraña: ni sobra, ni termina de convencer. Un “ni fu ni fa” que resume bien su momento actual en el Camp Nou.

De fijo en el once a duda constante

Durante el arranque de temporada, la dupla formada por Frenkie de Jong y Pedri parecía intocable. El canario sigue siendo una pieza clave, pero el neerlandés ha ido perdiendo terreno. Flick busca un Barça más intenso, vertical y con mayor ritmo, y en ese contexto el perfil de De Jong genera interrogantes. Su fútbol, basado en el control, la pausa y la seguridad, no siempre encaja con la idea de acelerar el juego y romper líneas con rapidez.

El partido ante el Eintracht de Frankfurt fue un reflejo claro de esta nueva realidad. De Jong empezó en el banquillo y no entró hasta pasada la hora de juego. Cuando lo hizo, cumplió con lo que se le pidió: orden, circulación sencilla y control del balón. Sin errores graves, pero tampoco con un impacto decisivo. Un rol secundario que empieza a repetirse y que marca distancia respecto a su estatus anterior.

Flick busca otras soluciones en la medular

La pérdida de protagonismo de Frenkie no es casual ni puntual. En las últimas jornadas, Flick ha probado múltiples combinaciones en el centro del campo. Eric García, Pedri, Dani Olmo, Marc Casadó o incluso Bernal han tenido su oportunidad, dejando claro que nadie tiene el puesto asegurado. El técnico alemán prioriza perfiles más agresivos, con capacidad para sostener un ritmo alto durante todo el partido.

Además, las cifras tampoco juegan a favor del neerlandés. Sus minutos han bajado de forma notable y su influencia ofensiva es limitada. No marca diferencias en goles ni asistencias, algo que se espera de un jugador llamado a liderar el juego azulgrana. En Europa, su impacto también ha sido discreto, sin números que respalden un rol protagonista.