¡23 millones por el mejor goleador español y el Barça a verlas venir!

¡23 millones por el mejor goleador español y el Barça a verlas venir!

En Barcelona han perdido la fe en Bartomeu y el resto de la directiva

23 millones de euros. Es lo que Paco Alcácer va a valer al Villarreal. Un precio irrisorio por el, posiblemente, mejor goleador español del momento. A pesar de su mal año, de momento, el de Valencia ya demostró el año pasado que con minutos y confianza es letal. Este año con la llegada de Haaland y las lesiones anteriores no tenía otra salida que no fuera dejar Dortmund. La pasada temporada marcó 18 goles en 20 partidos. Cifras de goleador importante. Cifras que en el Barcelona ahora necesitan.

Y es que la lesión de Luis Suárez ha dejado al equipo catalán en cuadro. Setién no para de reclamar un 9 pero el equipo culé no encuentra solución. Rodrigo Moreno parecía el hombre elegido pero su traspaso fue finalmente imposible. El Valencia pedía mucho dinero y el Barcelona no tenía tanto. O no quería gastarlo.

La opción de Cavani se cerró por Neymar Junior. Si el Fútbol Club Barcelona quiere que el brasileño vuelva a vestir la camiseta blaugrana no podía permitirse firmar a un jugador como Edison Cavani. No se habla con el ex del Barça y su relación es más que complicada.
Nadie entiende como el Barcelona, Bartomeu y la junta directiva a la cabeza, no se guardo una opción de recompra con Alcácer. Al igual que hiciera el Madrid con Mariano y el Lyon. Ahora hubiera sido un refuerzo perfecto para un equipo huérfano de gol.

La situación para Setién es más preocupante de lo que parece. Y encima ha dejado salir a jugadores como Abel o Carles Pérez que podían aportar goles. Ahora mismo solo Messi y, quizás, Griezmann, pueden salvar al Barcelona de una situación irreversible. Un año sin títulos. Con Valverde al menos ganaban LaLiga. Ahora el Madrid es líder y el Barça necesita reaccionar.

Bartomeu de momento no lo hace. Quedan dos días para que se cierre el mercado y las horas van pasando. Demasiados tiros al aire y ninguno con intención real. La gente en Barcelona ha perdido la poca fe que les quedaba en la junta directiva y el presidente. Quizás en verano haya movimientos en las oficinas del club catalán. Verano movidito.