El ariete que quiere enfrentarse a Messi y gusta a Simeone

El ariete que quiere enfrentarse a Messi y gusta a Simeone

Es una vieja aspiración rojiblanca

Gusta y cumple con el beneplácito de Simeone. Es goleador y ha demostrado ser un futbolista de altura si las circunstancias acompañan. Y el Atlético busca un punta infalible que acompañe a la nueva perla del fútbol portugués, reciente y flamante fichaje colchonero (se cerrará en los próximos, sino horas, días), João Félix. El joven talento luso apenas ha tenido tiempo de mostrar al mundo del fútbol de lo que es capaz, sin embargo Simeone confía plenamente en él y su capacidad para explotar en una realidad de crack.

Pero todo sería más fácil si se completa una incorporación de garantías arriba, capaz de hacer goles desde el primer día, con personalidad, que libere de presión al jugador portugués y acompañe a un Morata que quiere quedarse en el Atlético a toda costa. Es cierto que hay varios nombres sobre la mesa. También que gustan unos más que otros y que varios de esos unos representan operaciones muy complejas, de coste dudoso. Uno de esos nombres es Lacazette, pero, con Aubameyang, a sus 30 años, puesto en la parrilla gunner como transferible, parece complicado ver marchar al otro referente londinense. 

Y es precisamente desde la Premiere League, previo paso por el Calcio, desde donde puede llegar una operación llave. Si finalmente Romelu Lukaku se acerca al Inter, ya sea en calidad de cedido desde el Manchester United o cómo traspaso (algo más complejo), este forzaría a Mauro Icardi a buscar equipo, y la opción de estar a las órdenes de Diego Pablo Simeone, compatriota argentino, le seduce y mucho. A Icardi le gusta España, su fútbol y le encantaría ser rival del astro argentino, Leo Messi, al que ansía medirse. 

En las oficinas rojiblancas escuchan los acontecimientos con interés ya que con Icardi no deberían -pese a ser un sello de identidad cholista- esperar a formar al goleador que llegase, sino que este vendría con caché y currículum como para aportar desde el minuto uno. El precio, tiene una cláusula de 120 millones, sería la gran piedra en el camino pero enfrentarían este obstáculo con ventaja: desde las oficinas del Wanda Metropolitano saben que los milanistas, de llegar el belga, tendrán la necesidad de desprenderse del rosarino.