Para Bartomeu el culpable no es Setién y el señalado no gusta a Messi

Para Bartomeu el culpable no es Setién y el señalado no gusta a Messi

El Barça es un polvorín

La gran diferencia entre el Barcelona actual y el de Ernesto Valverde, más allá de los resultados y la competitividad, es que este Barça ni guarda la ropa en la retaguardia ni muerde en ataque. El del txingurri tenía lagunas importantes en defensa, pero era demoledor (salvo contadas ocasiones, como Anfield o el Olímpico de Roma) en su pegada. Sin embargo para Josep Maria Bartomeu el culpable de la situación actual del equipo no es Quique Setién, míster del presente, sino otro muy distinto y bastante más global.

Sí, porque el máximo mandatario culé señala a los jugadores como los responsables de una marcha del equipo muy deficitaria. Sin ser una debacle, el Barça no está en su mejor momento. A Leo Messi, que cada vez aparece menos, no le gusta esta conclusión del presidente y ambas posturas parecen irreconciliables. De hecho, Bartomeu, para salvar su pellejo y el de sus apuestas, entre ellas el entrenador cántabro, amenaza con hacer una limpieza.

Messi, lógicamente, no está entre los descartes, pero sí Luis Suárez, al que el dirigente pondrá en el mercado desde el mismo mes de agosto, fecha de apertura de la ventana de fichajes en LaLigaEl charrúa fue uno de los señalados por la prensa y la afición en el duelo ante el Atlético de Madrid (2-2) aunque también fue el artífice de los dos tantos en Vigo. Suárez, que recoge el guante, está harto y no va a ceder un euro de su contrato: si quieren venderle deberá ser a donde él decida e indemnizándole (tiene contrato hasta 2021).

Si Suárez se va y la actual junta directiva continúa, con Setién al mando, Messi podría incluso hacer una llamada al exteriorpara buscar su salida, toda vez que no se puede ir sin más ya que ha renovado automáticamente con el club. El encontronazo entre el astro argentino y el presidente, aunque lapidario para el segundo, es inevitable y Bartomeu ha tomado una resolución: si ha de caer, no lo hará solo. Para él, la culpa no es de su gestión sino de las vacas sagradas.