Desesperó a Pedri como nadie lo había conseguido y Simeone está a punto de regalárselo a Griezmann

Si hace unas horas comentamos que el estupendo papel de Benjamin Pavard en el Mundial de Rusia disputado en 2018 sirvió al francés para colarse en el elenco de laterales mejor valorados del mercado, algo similar sucedió son Sofyan Amrabat tras el postrero torneo disputado en Qatar.

Marruecos fue la gran revelación del campeonato y el todavía centrocampista de la Fiorentina se convirtió en el gran líder, junto a Achraf Hakimi y Youssef En-Nesyri, de un equipo que logró la mejor clasificación su historia en un Mundial. Fruto de ello, Amrabat comenzó a llamar la atención de clubs de mucho renombre en Europa como el Manchester United, el Bayern de Múnich, el Liverpool o el Atlético de Madrid.

Tras prolongarse este culebrón más de ocho meses desde el pasado mercado invernal, Amrabat está a punto de dar el salto de calidad más importante en su carrera a nivel de clubs con su aterrizaje en el Cívitas Metropolitano. Sí, porque a pesar de que el Manchester United venía incrementando su interés en el jugador marroquí de 26 años, es el propio Sofyan el que siente especial predilección por trabajar de la mano de Simeone y brindar a Antoine Griezmann un nuevo aliado de lujo en la parcela creativa, una necesidad imperiosa en Madrid tras la salida de Geoffrey Kondogbia del equipo.

Mirando de nuevo al Mundial de Qatar, es censario poner en contexto que el jugador fue uno de los grandes quebraderos con los que se topó Pedri González en el encuentro de octavos de final disputado entre España y Marruecos, la excelsa labor del africano, siendo la sombra del canario durante todo el partido, desactivó por completo las funciones del futbolista del FC Barcelona hasta tal punto de desesperar a este a niveles inimaginados, algo que el propio Pedri manifestó gesticulando continuamente por esa imposibilidad de desarrollar su juego habitual.

Ahora, a 10 de agosto de 2013, ambos jugadores están muy cerca de reencontrarse en LaLiga en lo que supondrá la finalización de un culebrón que tuvo su germen tras la finalización del Mundial de Qatar y que ha tenido como protagonistas a algunos de los equipos más importantes, en cuando a trayectoria histórica, del planeta.