Es el Pedri del Real Madrid: el talento que le robaron al Barça
Ahora, se frotan las manos con él
En el Real Madrid aún se acuerdan del grave error que cometieron al dejar escapar a Pedri González, un nombre que resulta tabú a Florentino Pérez. Porque no solo perdieron la oportunidad de llevarse a uno de los mejores talentos que ha dado el futbol español en mucho tiempo, si no que, además, permitieron que se fuera al Barça. Cinco millones de euros pagaron los azulgranas por un crack llamado a marcar una época, y que tiene unas grandes cualidades.
De hecho, ya es indiscutible para Ronald Koeman en el combinado culé, y para Luis Enrique en la selección española absoluta. Desde entonces, los de Carlo Ancelotti buscan cobrarse su venganza, y este mismo verano se llevaron a una de las grandes joyas que había en La Masía, Jaume Jardí. Le ven potencial para llegar a asentarse en la élite, y de momento, ayudará al Castilla de Raúl González, sin descartar que debute pronto con el primer equipo.
Pero el gran golpe sobre la mesa lo dieron el año anterior, cuando en el Santiago Bernabéu se adelantó y se hizo con un diamante en bruto, y otra perla que dará mucho de lo que hablar. Curiosamente, también es canario, y responde al nombre de Adam Arvelo, que viene siendo un fijo en las convocatorias de ‘la Roja’ en categorías inferiores. Hay fue cuando los ojeadores del cuadro blanco le descubrieron, y tomaron nota de su progresión.
En ese momento, pertenecía al Villarreal, que intentó convencerle por todos los medios posibles para que se quedara. No obstante, todo fue en vano, pues tanto el extremo nacido en 2005 como su familia habían decidido que lo mejor era mudarse a la capital de España. Y allí ya jugó el curso anterior, dejando a todos boquiabiertos, motivo por el que le han ascendido directamente al Juvenil A, aunque, por edad, debería de estar en el C.
Y, en caso de seguir con su evolución, se espera que pronto pase al filial, y después, a la primera plantilla del Madrid. Se espera que tenga un impacto similar al de Pedri, aunque sea casi imposible.
Demasiada presión para el chaval.