La estrella mexicana de LaLiga se harta del banquillo y ¡busca equipo!
Harto de su situación su paciencia se ha acabado. La Premier su destino preferido
Diego Lainez llegó hace un año y medio al Betis con la vitola de futuro crack. Era uno de esos “chico maravilla” que estaba señalado por todos como uno de los jugadores con más proyección del mundo. Los 15 millones que pagó el Betis por él hablan claro de que era una apuesta potente. El año pasado, desde su llegada, jugó 300 minutos a las ordenes del Quique Setién. Muchos hablaban de una adaptación y esperaban que este fuera su año. No ha sido así. Sigue sin contar y su paciencia se ha acabado.
Este año solo acumula en LaLiga 207 minutos. Solo ha jugado un partido como titular. Unos minutos de juego pobres, muy pobres, para un jugador que ya debería haber mostrado signos de madurez.
Jugadores como Fekir, Canales o su compatriota Guardado, le han cerrado las puertas. Él tampoco ha sabido encontrar su sitio en el equipo y Rubi, entrenador ahora del Betis, ha dicho en muchas ocasiones que “todavía le falta algo”. Nunca ha especificado qué es ese algo ante desesperación de la hinchada bética.
Y es que la afición tenía muchas esperanzas puestas en el joven jugador. Cada vez que sale esperan que haga algo diferente. Es quizás esa presión la que no está ayudando al jugador a superarse y mejorar.
Lainez quiere salir del Betis y así se lo ha hecho saber a su representante. En la Premier le quieren varios equipos como el Crystal Palace o el West Ham. Él solo quiere ir a un proyecto donde se le aseguren minutos de verdad. Está harto de esperar en el banquillo. Su regreso a casa, al América, no está cerca. No quiere rendirse tan pronto en Europa.
El Betis se plantea una cesión a un equipo de Primera en lugar de un traspaso, pero la voluntad del jugador puede pesar mucho en la decisión final. Si el quiere salir traspasado poco podrá hacer el Betis para remediarlo.
Una estrella mundial podrá ser en el futuro, pero de momento es tan solo un jugador de banquillo. Lainez tiene que seguir creciendo, en Sevilla o en Londres, pero el tiempo vuela y lo que son ahora 19 años pronto serán 24. Debe espabilar.