Florentino Pérez acertó vendiéndole: el crack sin minutos en su club

Muchos esperaban que Oscar Rodríguez tuviera una oportunidad en el Real Madrid esta temporada. Porque, viendo que Florentino Pérez se negó a realizar nuevas contrataciones, confiaban en que apostara por los cedidos. Y así lo hizo, por ejemplo, con Martin Ödegaard y Andriy Lunin, que regresaron tras sus exitosos pasos por la Real Sociedad y el Real Oviedo, respectivamente. Y en el caso del canterano, también se salió en el Leganés.

Estuvo dos campañas a un muy buen nivel, en especial, la última, siendo la estrella de los ‘pepineros’, y marcando un gran número de goles. Lástima que no pudo evitar el descenso de La Liga Santander a La Liga SmartBank, aunque estuvieron cerca del objetivo marcado. A sus 22 años, incluso fue convocado por Luis Enrique para la selección española absoluta, con la que jugó dos encuentros en el pasado mes de septiembre.

Pero Zinedine Zidane no confió en él, y le colgó el cartel de transferible a la espalda. Y apareció el Sevilla de Julen Lopetegui, que le tendió la mano, y le ofreció la oportunidad de disputar la Champions League. Pagaron 13 millones y medio de euros, y se llevaron a un crack llamado a ocupar el vacío tremendo que dejó Ever Banega, que se fue a Arabia Saudí. Nada podía salir mal, y muchos aseguraban que era un muy mal negocio para el cuadro blanco.

Sin embargo, el primo de Koke Resurrección, capitán del Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone, está decepcionando a todos. Porque apenas está teniendo minutos, y en total, acumula 151 divididos en cuatro choques. Un balance muy pobre, que incluso le ha hecho dejar de estar en los planes de ‘la Roja’, teniendo que volver a la sub 21. Y allí, tampoco ha sido titular en este parón, pues ha sido eclipsado por Pedri González, del Barça, que juega en la misma posición.

Oscar ha dado la razón al Madrid, y acertaron en traspasarle cuando tuvieron la oportunidad. En el Ramón Sánchez Pizjuán aún confían en que explote sus virtudes pronto. Talento tiene para aburrir y regalar.

Pero a veces no basta con eso.