Florentino Pérez logra un crack mundial en pleno enero y por 2 kilos

Florentino Pérez logra un crack mundial en pleno enero y por 2 kilos

Es un escándalo de jugador y puede ser una estrella del Real Madrid

Bastaron unos minutos en el Estadio Martínez Valero para darse cuenta de lo que tiene entre manos Florentino Pérez y el Real Madrid para las próximas temporadas. Takefusa Kubo (Prefectura de Kanagawa, Japón), a sus 19 años, es un jugador eléctrico, diferente, con una calidad desbordante y un futuro prodigioso al que solo las oportunidades pueden colocar como crack mundial y estrella del Real Madrid; por otro lado, algo que, no nos engañemos, le preocupa al máximo mandatario blanco.

Pero vayamos por partes. El jugador nipón renunció al Villarreal de Unai Emery con el ánimo de encontrar minutos fuera del Estadio de La Cerámica y a fe que va a conseguirlos en un Getafe que venía de palpar los puestos de peligro de LaLiga y que ahora con el asiático y Carles Aleñá, cedido por el Barça, en sus filas ya pinta de otra forma. Sin duda en tierras madrileñas agradecen la cortesía del míster vasco y Ronald Koeman.

Kubo

Por ejemplo, pongamos en perspectiva el impacto del japonés en el duelo del pasado lunes frente al Elche. El joven extremo zurdo salió apenas 27 minutos al terreno de juego pero le bastaron para poner patas arriba el choque, prácticamente asistiendo a Jaime Mata en el 1-2 tras una fantástica jugada personal y provocando el penalti que transformaría Ángel, para el 1-3 definitivo. O lo que es lo mismo, Kubo lleva minutos en el Getafe y ya es decisivo en esta liga española.

Ahora bien, decimos que a Florentino Pérez le preocupa la situación del genial futbolista japonés por dos motivos: el primero solo lo puede controlar a medias, y es el que depende de la continuidad que obtenga en esta su segunda cesión de la temporada, esta vez en la capital de España. El segundo es el que relaciona la situación del futbolista con el Madrid de Zinedine Zidane, de donde puede desprenderse quizá el mismo ostracismo al que ha condenado el francés a Martin Odegaard, que no juega. El crack está ahí, vive en Kubo, solo falta que le dejen convertirse en una estrella, como al bueno del noruego, que brilló en San Sebastián y se ha apagado en Madrid.