Florentino Pérez no tiene comprador. El crack que no quiere Ancelotti

Florentino Pérez no tiene comprador. El crack que no quiere Ancelotti

Un caso digno de estudio en el Madrid.

Florentino Pérez fichó hace unos años a Martin Odegaard pensando que iba a ser el nuevo Leo Messi. El jugador noruego, entonces adolescente, había provocado una guerra entre los clubs más grandes del mundo y el Real Madrid se había hecho con la pieza más deseada, sin embargo, nunca ha llegado a rendir con la camiseta blanca.

Florentino Pérez

De cesión en cesión sin la confianza de los entrenadores que han pasado por el Real Madrid, Martin Odegaard solo ha rendido al nivel que se le esperaba con la camiseta de la Real Sociedad, lo que le sirvió para volver al club blanco y volver a ver que la realidad en la capital española era otra.

Este año ha vuelto tras su cesión al Arsenal con la intención de hacerse un hueco de una vez por todas ahora que Zinedine Zidane ya no estaba en el banquillo blanco, pero se ha encontrado con una sorpresa desagradable: no entra en los planes de Carlo Ancelotti.

El jugador no quiere irse y Florentino Pérez no quiere venderlo, pero si no juega ambos saben que deben separar sus caminos y desde hace semanas el presidente del Real Madrid le está buscando un equipo al mediapunta nórdico sin demasiado éxito.

Florentino Pérez

Varias propuestas de cesión sin demasiada chicha llegaron por parte de la Premier League y de la Real Sociedad, pero desde el Real Madrid buscan hacer caja para encontrar el dinero necesario por si hay que fichar a Kylian Mbappé este verano por lo que Odegaard está a la venta.

Florentino Pérez espera conseguir 40 millones de euros por él, un precio que ya le puso en otros veranos a James Rodríguez e Isco Alarcón sin éxito, algo representativo ya que son dos jugadores de similares características que el noruego.

El presidente blanco está algo nervioso viendo que sin Superliga Europea el mercado de fichajes entre los grandes clubes está muy parado más allá de los nuevos ricos como Paris Saint Germain o Manchester City, dos clubes-estado que se rigen por otras reglas económicas distintas al resto. Odegaard debe salir y Florentino Pérez no tiene cómo hacerlo posible.