Laporta lo fichó por exigencia de Xavi y ya es el más criticado del Barça, ni Busquets lo entiende
El rendimiento del centrocampista está distando de ser el esperado
Sergio Busquets fue uno de los futbolistas que salieron del Barça en el pasado verano, incentivada esta fuga por su finalización de contrato con el club catalán, y esto desató una carrera a contrarreloj en lo que atar un recambio de garantías se refiere.
En este sentido, Xavi era consciente de que sus opciones prioritarias para coger el testigo de Busquets, Rodri Hernández y Joshua Kimmich, se escapaban económicamente a las posibilidades de Joan Laporta y finalmente fue Oriol Romeu la apuesta del presidente, un movimiento que asimismo contó con luz verde por parte del entrenador.
Las prestaciones de Oriol Romeu en sus primeras apariciones con el equipo fueron tan destacadas que incluso Xavi Hernández comenzó a depositar en él su entera confianza para ocupar un puesto como titular indiscutible, pero pronto el ex del Girona comenzó a generar sentimientos adversos hasta convertirse en el jugador de la plantilla culé más criticado.
El gran detonante de esto fue el último partido disputado ante el Real Madrid. A pesar de que Romeu no fue uno de los titulares en el esquema de Xavi, el jugador accedió al campo en el ecuador de la segunda mitad y todas sus intervenciones dejaron mucho que desear, incluso perdiendo balones en la zona peligrosa. Y ojo, lo peor es que estas dudas ni mucho menos tiene su origen en El Clásico, sino desde hace varias semanas atrás, siendo el motivo pro el que el futbolista de 32 años ha perdido casi todas sus opciones de ocupar un puesto privilegiado en el ‘11’ del míster.
Todo ello, en menos de tres meses de campaña, ha comenzado a poner en tela de juicio la validez de Romeu para el proyecto dirigido por Xavi y, confirmado, que no es el relevo que necesitaba Busquets en Barcelona.
Aquí Joan Laporta se topa con un inconveniente mayúsculo y es que cerró el regreso de Oriol Romeu al club el verano pasado firmando un vínculo hasta 2026, es decir, que su presencia en la Ciudad Condal podría frenar otras operaciones del club que pudieran resultar más eficientes.