¡El nuevo Adriano! Descubre a la revelación del fútbol brasileño

¡El nuevo Adriano! Descubre a la revelación del fútbol brasileño

Hace 3 años se dedicaba a beber y fumar marihuana, hoy es la sensación de Brasil

El fútbol es maravilloso. Es un deporte que está abierto a dar siempre segundas oportunidades. A algunos les ha llegado a dar incluso alguna más. Es el caso de Adriano. El que fuera jugador del Inter de Milán tuvo tantas oportunidades que de haberlas aprovechado ahora viviría de las rentas. Pero las quemó todas.

Adriano llegó a ser considerado como el mejor delantero del mundo. El Emperador era imparable. Quizás el jugador que más ha recordado a Ronaldo Nazario. Su potencia, su clase a la hora de definir. Además, tenía algo de lo que Ronie carecía: un golpeo de balón con su pierna izquierda que era de otro planeta. En el Parma primero y en el Inter después dejó goles de falta antológicos. Un jugador llamado a marcar una época.

Pero la muerte de su padre, su poca cabeza, las malas compañías… llevaron al brasileño a caer en una espiral de alcohol, juego, noche, que le convirtieron en una sombra de lo que fue. Volvió tantas veces como las que se fue, pero siempre con problemas de peso y, sobre todo, de comportamiento. Su carrera fue fugaz, como su estrella.

Hoy en Brasil estamos viviendo el caso contrario. De vivir casi en la calle, pasando la vida entre cigarros y alcohol, sin planes de futuro ni más afán que darle un trago más a la cerveza… a ser la estrella emergente del campeonato brasileño. Se trata del extremo del Goias, Michael.

El jugador empezó a los 17 años en el futbol amateur. “Nunca fui a una gran cantera. Me divertía jugar y por eso empecé, gratis, jugando en Tercera”. El Goais se fijo en él y le firmó para el equipo B. Este año lo ha roto en el Brasileirao. 9 goles y los granes se pelean por él. Santos, Flamengo, Corinthians…

Su cláusula es de 11.2 millones de euros. Incluso desde España algún equipo, como el Real Valladolid de Ronaldo, le siguen de cerca. Una historia de las que gustan y hacen más grande al fútbol. Michael quiere ser Adriano, pero al revés.

De no tener nada a conseguirlo todo. Sin perderse en el camino.