Todo estaba en paz hasta que llegó él. Zidane preocupado

A veces las buenas noticias terminan siendo no tan buenas, y viceversa. Si no, que se lo digan a Zidane con el tema Eden Hazard. Cuando el belga se lesionó allá por el 26 de noviembre, a priori parecía una horrible lesión que le cortaba justo cuando había cogido la mejor forma. Y es que a Hazard le costaron y mucho sus primeros meses en La Liga.

Pues en pleno momento de apogeo se llevo aquel golpe en el tobillo de su compatriota Thomas Meunier en el duelo de Champions League frente al Paris Saint Germain y todo se nubló para el belga. En principio su lesión era una muy mala noticia para el Madrid que veía como Vinicius no estaba al nivel del año pasado y Gareth Bale ya estaba inmerso en su temporada de lesiones infalible. La banda izquierda en ataque quedaba huérfana y en un Madrid con poco gol más allá de Benzema esto preocupaba y mucho.

Sin embargo fue caer Hazard y comenzar a levantar el vuelo un Vinicius que lo había pasado realmente mal durante el inicio del campeonato. Tanto fue así que en algún partido rompió a llorar cuando consiguió hacer gol. Y no es solo eso porque con el hueco de Hazard Isco pudo reengancharse al equipo y aportar muchos minutos de calidad, tanto de suplente como de titular en muchos partidos.

Con la vuelta de Hazard, casi tres meses después, el belga ha generado uno de esos problemas que los entrenadores quieren tener como es el de tener que escoger entre jugadores en un gran momento de forma.

Para que Hazard tenga minutos Vinicuis e Isco tendrán que sacrificarse y esto supondrá prescindir de dos jugadores que durante los meses de diciembre y enero le han dado muchísimo al conjunto de Zizou y que han tenido mucho que ver tanto en la recuperación liguera como en el título de la Supercopa de España disputado en Arabia Saudí.