A Ramos se le borra la sonrisa de la cara
El récord que le obsesionó podría ser su final
El tiempo se agota para Sergio Ramos. El defensa de Camas, Sevilla, lleva ya meses en la capital francesa entrenándose en solitario para poder recuperarse de una vez de los problemas físicos que le mantienen alejado de los terrenos de juego desde el pasado mes de marzo.
En el club parisino, según admite el diario Le Parisien, comienzan a impacientarse de verdad con la lentitud de su recuperación y ya estarían planteándose su despido para evitarse así tener al jugador más tiempo en el dique seco mientras cobra su contrato al completo. Lo cierto es que la fecha de su debut no llega y lo peor es que tampoco se ve cercana, pues ni tan siquiera ha comenzado aún el español a entrenar con el resto de sus compañeros.
Parece que fue hace mucho tiempo cuando Sergio Ramos era el capitán y el máximo valuarte del Real Madrid de Zidane. A comienzos de este 2021 el 4 del Madrid estaba en todo lo alto: referente en el campo del primer equipo, veterano y capitán indiscutible, y facultades físicas intactas a pesar de su 36 años.
Todo marchaba y Sergio se aproximaba a un récord que le nubló la vista y le hizo cometer errores de bulto: ser el jugador de fútbol con mayor número de internacionalidades con su selección en la historia del deporte. Aquello le llevo a forzar más de la cuenta en el parón de selecciones de marzo, cuando el Madrid estaba a punto de jugárselo absolutamente todo, saltando al campo en uno de los partidos de la Roja en el minuto 86 con la única intención de sumar un partido más como internacional.
Aquella semana le dejó ko y se perdió el final de temporada, la Eurocopa y el inicio de la 2021/2022. Además le supuso la no renovación con el equipo de su vida, el Real Madrid. Ahora, echando la vista atrás, es evidente que el camero se precipitó en aquella semana fatídica y que sus ansias le impidieron medirse más y mejor y regular sus fuerzas.
En unos días, si su puesta a punto no lleva de forma inminente, su actual club podría despedirle alegando falta de rendimiento y así ahorrarse parte de su elevada ficha. Por primera vez el físico de Ramos no está a la altura de su carrera, algo que es ley de vida, pero que Sergio pareció ignorar al verse en la cima más tiempo del habitual.