Guardiola sacará provecho de la gestión de Bartomeu y enfurece a Xavi
Al margen de una situación financiera ya conocida por todos, son muchas las operaciones deportivas que han supuesto un mal negocio para el Barça en los últimos tiempos
Josep Maria Bartomeu Floreta pasará a la historia como el peor presidente del F.C. Barcelona. Su gestión, tanto económica como deportiva, ha dejado muy tocado a un Barça que vivió su mejor época con Joan Laporta en la presidencia y Pep Guardiola en el banquillo.
Al margen de una situación financiera ya conocida por todos, son muchas las operaciones deportivas que han supuesto un mal negocio para el Barça, sobre todo en lo relacionado con la tan admirada Masia. Thiago Alcántara está a una semana de jugar una final de Champions League con el Liverpool, futbolista que el Barça casi regaló al Bayern en su día. Como este son muchos los ejemplos de la deficiente gestión azulgrana en los últimos años. Marc Cucurella va camino de convertirse en el enésimo fracaso culé de esa época.
Reclutado de las categorías inferiores del Espanyol, Cucurella pasó por todos los equipos de la Masia desde los 14 años, explotando a primer nivel en una de sus cesiones al SD Eibar. En 2020 el Barça decidió venderlo al Getafe por algo menos de 12 millones de euros y un año después el conjunto madrileño lo vendió al Brighton & Hove Albion por 18 millones.
En su primera temporada en Inglaterra, el lateral catalán ha jugado 37 partidos, 34 de ellos en la Premier League, acumulando 3.200 minutos de juego, un gol y dos asistencias. Un curso que no ha pasado desapercibido y que ha llamado la atención de varios grandes de la liga británica como el Manchester City de Guardiola.
Con contrato hasta 2026, Cucurella está entre los mejores laterales zurdos de la temporada en la Premier según sus datos y métricas. El Brighton lo ha tasado en 35 millones de euros, una operación más que asequible para cualquier club de la Premier. Por su parte, el Barça sondea el mercado ante la necesidad de cubrir una posición en la que solo tiene a Jordi Alba con 33 años, todo ello con la delicada situación económica del club, la cual hace que un gasto de 15 millones de euros en Grimaldo o el fichaje de Marcos Alonso, de 31 años de edad, sean un esfuerzo que reste mejoras en otras parcelas del campo.
Marc Cucurella va camino de convertirse en otro de los grandes lastres de la gestión deportiva de Bartomeu en el Barça, una gestión que Xavi espera poder cambiar con el tiempo, aunque la necesidad imperiosa de refuerzos y resultados hace que este cambio se antoje demasiado lejano por ahora.
