Jürgen Klopp pierde a su objetivo estrella y rompe su promesa con Mané

Jürgen Klopp pierde a su objetivo estrella y rompe su promesa con Mané

No dejará salir al jugador. Destroza al Madrid

Jürgen Klopp tenía encima de la mesa el nombre de un jugador que era clave para su proyecto y que era clave para dejar salir a uno de sus hombres más importantes: Sadio Mané. El de Senegal tenía pactada la salida del equipo inglés con su entrenador desde hace dos meses. Quiere jugar en LaLiga y sabe que el Real Madrid le quiere en su proyecto. Cuando todo parecía que tendría un final feliz, se ha desmoronado. La operación se complica.

Timo Werner, el jugador que Klopp quería ver vestido de red, va a firmar por el Bayern de Múnich según dice en Alemania. El delantero no quiere salir de la Bundesliga y ha roto la promesa que le había hecho a su compatriota. Klopp ha enfurecido y las consecuencias llegarán hasta Madrid.

Mané sabe que hasta que el Liverpool no encuentre un sustituto en condiciones para él no van a dejarle marchar. Werner era perfecto, pues ya ha demostrado en el Leipzig su nivel y tenía una cláusula relativamente baja, de unos 6 millones de euros.

Zidane se lamenta ahora y espera a que el equipo inglés mueva ficha. El Pool sondea el mercado buscando ese jugador diferencial que le dé a Klopp lo que quiere. No será fácil. Encajar en el fútbol del ex técnico del Borussia de Dortmund no es sencillo para cualquier futbolista.

Klopp hace mejores a los jugadores que tiene bajo sus órdenes, pero el jugador debe estar cien por cien comprometido con el proyecto y creer en la idea. ¿Se imaginan a Karim Benzema en el sistema ofensivo de Klopp? Imposible.
Raúl Jiménez era el otro objetivo del equipo, pero los Wolves piden por él 100 millones de libras. Excesivo gasto para un conjunto que este año ha caído en octavos de final de la Champions League y que ha visto como sus ingresos se han visto reducidos de manera considerable.

El efecto Werner afecta al Real Madrid y trunca sus planes. Toca esperar para ver a Mané de blanco, quizás ni lo veamos. El fútbol cambia rápido.