De salir de copas con Ancelotti a convertirse en un ejemplo para el vestuario con Xabi Alonso
El futbolista del Real Madrid ha hecho un cambio radical con la llegada del tolosarra

Desde la llegada de Xabi Alonso al banquillo del Real Madrid, ha quedado claro que la cultura del vestuario ha dado un giro total. Entre los casos más representativos se encuentra el del joven Arda Güler, quien pasó de ser una promesa inestable con tendencia a la fiesta a convertirse en un modelo de profesionalidad para todo el grupo.
El caso de Arda Güler ejemplifica el cambio de cultura que Xabi Alonso impulsa en el Real Madrid: de tolerar actitudes más laxas a pedir compromiso sin fisuras. El joven talento turco pasó de salir de copas con Ancelotti a afirmarse como un modelo de conducta, implicación y rendimiento. Un ejemplo claro de que, bajo el nuevo mando, el resultado importa, pero el carácter y el esfuerzo importan aún más.
El punto de inflexión: disciplina y compromiso bajo Alonso
Durante la etapa de Carlo Ancelotti, Güler vivió momentos de cierta ambigüedad en cuanto a su rol dentro del equipo. Su adaptación fue lenta, y su integración empezó de forma prometedora, participó en celebraciones como la final de Champions y recibió apoyo de sus compañeros, pero llegó a un punto de estancamiento debido a una grave lesión que frenó su progreso.
Con Ancelotti, Güler tenía libertad incluso para ausentarse en algunos entrenamientos, algo que el turco calificó posteriormente de “frustrante”. Sin embargo, con Xabi Alonso todo cambió. El entrenador vasco le dio un ultimátum: o mostraba compromiso total o quedaría fuera. Y Güler respondió con una profesionalidad sobresaliente. Ya en el Mundial de Clubes, empezó a recibir oportunidades reales y las aprovechó con creces. Entró en el terreno de juego frente a Pachuca y Salzburgo, marcó, organizó el juego desde la medular y recibió elogios por su fútbol combinado.
Un ejemplo para el vestuario: de chico fiestero a motor del equipo
El mensaje de Xabi fue claro: talento debe combinarse con mentalidad profesional. Y Arda se ha convertido en la máxima prueba. Sus compañeros notan el cambio: la implicación, la puntualidad, la intensidad en los entrenamientos, el sacrificio en cada jugada. Hoy es uno de los jugadores más buscados por Alonso, que lo ve clave para el nuevo control del balón desde el medio campo.
El turco ha interiorizado con humildad los valores que el técnico exige: no solo se le quedó el discurso, también demostró con su trabajo constante que no hay espacio para los caprichos de estrella. Si antes destacaba por su calidad técnica, ahora pone la disciplina como pilar de su crecimiento, y eso comienza a reflejarse en el rendimiento colectivo.