José Mourinho volvió a enfrentarse a una pregunta que parece acompañarle allá donde va: ¿volvería algún día al Real Madrid? La víspera del duelo entre Benfica y Nápoles, la sala de prensa se desvió del partido para adentrarse, una vez más, en el terreno emocional y mediático que rodea al técnico. El ruido sobre el banquillo madridista reactivó esa vieja posibilidad, pero Mourinho no tardó ni un segundo en frenarla.
Con su estilo directo, casi automático, zanjó el tema: “Ese asunto ya está cerrado”. No quiso abrir ningún espacio a la especulación. De hecho, dejó claro que la pregunta le parecía más un intento periodístico que una opción real. Tampoco cedió cuando le insistieron sobre un hipotético regreso a la Liga española. Su respuesta fue tan contundente como reveladora: no entra en sus planes, no le tienta y no forma parte de su presente. Para Mourinho, la conversación era un desvío innecesario en una rueda de prensa que debía girar en torno al Benfica, no al pasado.
De Madrid a la Champions: el técnico recupera el foco
Tras cerrar el capítulo blanco, Mourinho volvió a lo que realmente le importa ahora: competir. Habló de la diferencia entre ligas, del ritmo táctico del campeonato y del reto que supone el Nápoles. Confesó que no sigue la Serie A y que su atención está completamente puesta en el entorno en el que trabaja. Una declaración que, más allá de lo futbolístico, refuerza su mensaje: su cabeza no está en otros destinos, sino en el presente.
La conversación avanzó hacia el futuro europeo del Benfica, un club al que describió con un orgullo que parecía brotar de dentro: “El Benfica es uno de los clubes más grandes del mundo. Vamos hasta el final”. Reconoció que no ganar complicaría mucho la clasificación, aunque recordó que aún queda margen para luchar. También evitó dramatismos respecto a las bajas, insistiendo en que el equipo tiene alternativas y una identidad suficientemente sólida para competir ante cualquier rival.
Para Mourinho, el choque ante el Nápoles no es solo un partido: es un examen que define ambiciones, carácter y continuidad en Europa. Y mientras ese desafío esté delante, cualquier conversación sobre el Real Madrid seguirá, para él, completamente fuera de lugar.