Ainhoa Armentia cambia las vacaciones en Benidorm por un resort a 4.000 euros la noche
Desde Zarzuela no gustan estas vacaciones de Iñaki y Ainhoa
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han dado un golpe sobre la mesa frente a los rumores de crisis. Hace apenas unas semanas, los focos apuntaban a una supuesta distancia en la pareja, alimentada por las imágenes de un Iñaki solitario y sin la compañía habitual de la abogada. Sin embargo, el exduque de Palma ha despejado cualquier duda: tras más de cinco años juntos, su relación atraviesa uno de sus momentos más sólidos. Discretos, alejados de la exposición mediática que tanto incomoda a la Casa Real, han decidido que este verano sería distinto.
Y es que lo que comenzó con escapadas por San Sebastián, paseos por Bidart y días de descanso en Cataluña, ha terminado con un viaje que rompe todos los moldes. La pareja ha desaparecido del mapa español para volar hasta un resort exclusivo en las Maldivas, donde se alojan en una villa privada con un precio de 4.000 euros la noche. Un lujo reservado para muy pocos, y que contrasta con la imagen austera que siempre ha querido proyectar Iñaki desde que salió de prisión.

Piden cautela a Iñaki Urdangarin
La realidad es que en Casa Real preocupa la ostentación. El exjugador de balonmano repite a menudo que vive con los 900 euros de pensión tras el caso Nóos, pero su estilo de vida no encaja con esas cifras. Mientras tanto, Ainhoa dejó su trabajo justo un año después de iniciar la relación, coincidiendo con el divorcio de Iñaki y la infanta Cristina. Y, entre tanto, el círculo más próximo al emérito asegura que los ingresos reales de Urdangarin provienen de una fórmula muy distinta a la versión oficial.
Según cuenta Juan Luis Galiacho, Iñaki habría recibido una indemnización de dos millones de euros por un supuesto libro que nunca llegó a escribir, además de un pago mensual de 25.000 euros sufragado directamente por Juan Carlos I desde Suiza, para evitar el control de la Hacienda española. Una asignación que, llegado el día en que falte el emérito, recaería sobre la propia infanta Cristina. Una suerte de salvaguarda económica diseñada para mantener a Iñaki cómodo y, sobre todo, en silencio.
Así pues, sus días en el paraíso tienen un coste altísimo: más de 35.000 euros solo en alojamiento. Una cifra que desmiente la versión oficial y vuelve a encender las alarmas en Zarzuela. Porque, mientras se intenta proyectar una imagen de normalidad, la realidad es que Urdangarin y Armentia disfrutan de un lujo desorbitado que solo se explica por los secretos que la monarquía no quiere que salgan a la luz.