Ainhoa Armentia recibe avisos de la doble vida que está llevando Iñaki Urdangarin en Barcelona
Tiempos turbulentos para Iñaki Urdangarin y su entorno más cercano

Ainhoa Armentia empieza a escuchar rumores cada vez más insistentes. Le avisan de que Iñaki Urdangarin no ha cambiado. Que lo que hizo antes, lo sigue haciendo ahora. Que con ella ha repetido patrón: ya la engañó al principio, con Cristina aún en su vida, y que podrían venir más. El exduque de Palma arrastra una fama conocida entre sus círculos más cercanos: le gustan demasiado las mujeres. En Barcelona, donde tiene muchas amistades y demasiadas libertades, no son pocas las que aseguran haber tenido algo con él antes de que rompiera oficialmente con la infanta.
Cristina de Borbón lo sabe bien. Durante años soportó infidelidades constantes. Mensajes filtrados, nombres no revelados, pero historias claras. Compañeras de equipo, amantes secretas, escapadas encubiertas… Nada nuevo. Por eso, desde su entorno se alerta ahora a Ainhoa: que no se fíe. Que el amor que él muestra en público se disuelve rápido en cuanto se cierra la puerta. Y que, al igual que hizo con Cristina, podría dejarla sola ante el escándalo.
Sin escoltas, sin vergüenza y sin freno
Urdangarin ha perdido sus escoltas oficiales. El Ministerio del Interior ha puesto fin al absurdo privilegio que lo protegía desde hace años. Ocho agentes pagados con dinero público, dedicados a un hombre ya divorciado de la infanta, sin cargo, sin función, sin justificación. Ni sus propios hijos, algunos cercanos a la sucesión, gozan de esa protección. Pero él sí la tenía. Hasta ahora.
Durante este tiempo, se ha rodeado de escoltas jóvenes, muchas mujeres, con quienes mantenía una relación de confianza que incomodaba a muchos. Salidas nocturnas, tapas, copas, bromas… Más que un servicio de seguridad, parecía una pandilla. En Vitoria y en Barcelona, su comportamiento ha levantado cejas. La imagen del “yerno ideal” se ha ido desmoronando con cada paso. Ahora, sin ese escudo, su vida se muestra más vulnerable. Y Ainhoa, más expuesta.
Porque lo que está en juego no es solo una relación. Es la repetición de un ciclo. Uno que ya destruyó una familia real, y que amenaza ahora con arrastrar a otra mujer más. ¿Abrirá los ojos a tiempo Ainhoa? ¿O volverá Urdangarin a salirse con la suya?