Carlos III convenció a Kate Middleton con millones de libras para que se casara con su hijo
La relación entre Kate Middleton y Guillermo estaba tocada de muerte
De cara al público, no han sido pocos los esfuerzos que Kate Middleton y el Príncipe Guillermo han hecho para aparentar cierto grado de normalidad en su relación. Y es que, a pesar de que ahora parece que hay cierta paz y bonanza en el matrimonio de los Príncipes de Gales, la realidad es que si nos vamos unos pocos años atrás no encontraríamos a una pareja que está al límite y cuya única solución es la de aceptar que su divorcio es algo ya inminente e inevitable.
Sin embargo, si hay algo muy delicado en la Casa Real de Gran Bretaña son los divorcios. Un tipo de proceso que hizo que en Buckingham atravesaran el peor momento de su historia moderna con el fallecimiento de Lady Diana. Por lo que Carlos III nunca escatimó en esfuerzos a la hora de mantener unido el matrimonio que habían formalizado Guillermo de Gales y Kate Middleton.
Kate ya no soporta vivir con Guillermo
Los problemas de convivencia entre los Príncipes de Gales llegaron hasta tal punto que los empleados del hogar tuvieron que llamar a Carlos III para que interviniera en varias de las peleas domésticas que protagonizaban Kate y Guillermo. Una situación absolutamente insostenible que debía terminar de una forma u otra. Lo que llevó a Kate a poner encima de la mesa la posibilidad de divorciarse. Algo que quedó rápidamente rechazado por el Príncipe Guillermo y Carlos III que no quieren saber nada de esa palabra.
Carlos III compró la estabilidad de Buckingham
Tal y como habrían revelado fuentes cercanas a la Casa Real de Gran Bretaña, Carlos III habría sido el encargado de convencer a Kate Middleton, mediante un importante baño de millones para ella y su familia, de no romper su matrimonio con el Príncipe Guillermo. Opción que, visto lo visto, acabó aceptando. Ya que no ha habido ningún amago de divorcio en los últimos tiempos.
Así pues, lejos de permitir que hubiera una nueva crisis monumental dentro de Buckingham, Carlos III tomó la decisión de bañar en oro a la familia de Kate Middleton, para convencer a la Princesa de Gales para que no se divorciara de su marido.