Carlos III morirá sin cumplir la última promesa que le hizo a Isabel II

Isabel II pidió a su hijo que mantuviera unida a la familia Windsor

Carlos III morirá sin cumplir la última promesa que le hizo a Isabel II

Cuando Isabel II comenzó a dar los primeros signos de debilidad a mediados de 2022, la Reina tenía muy claro cuál debía ser el legado de su hijo. Isabel II le pidió a Carlos III que hiciera de la Corona Británica una institución todavía más fuerte y que lograra unir de nuevo a la familia Windsor, trayendo de vuelta a Harry y convirtiendo a Buckingham en el símbolo de estabilidad que siempre había sido para el Reino Unido. Era su última voluntad. Una promesa que, a día de hoy, Carlos III sigue sin cumplir.

Lo cierto es que, aunque en Buckingham ha reinado cierta calma desde la muerte de Isabel II, el Reino Unido sigue dudando de la capacidad de Carlos III para liderar una monarquía moderna. Ni ha devuelto a la Corona el prestigio de décadas atrás, ni ha logrado calmar los rumores ni unir a la familia Windsor, cada vez más rota. Y ahora, con un cáncer que ha puesto en jaque su salud, las dudas sobre el reinado de Carlos III no hacen más que aumentar.

arlos III

Un rey cada vez más débil

Los últimos meses han dejado claro que Carlos III no está en condiciones de llevar una vida normal, y mucho menos de liderar una monarquía que necesita firmeza y una figura fuerte. Cada aparición pública suya es analizada con lupa, con medios británicos y parte de la opinión pública pidiendo ya que dé un paso al lado en favor de Guillermo para garantizar una sucesión tranquila y asegurar la estabilidad de la institución.

Carlos III desobedece a su madre

Isabel II dejó claras sus prioridades: el bienestar de la monarquía y la unión de los Windsor por encima de todo. Pero Carlos III, lejos de seguir los deseos de su madre, ha decidido seguir adelante con su reinado, a pesar de su salud deteriorada y de su incapacidad para cumplir la última promesa que le hizo a Isabel II.

Ni se plantea abdicar, ni coronar a Guillermo, ni poner fin a los escándalos que rodean a la familia, demostrando que su prioridad es aferrarse a la corona hasta el final, aunque ello implique una Casa Real cada vez más débil.

Así pues, Carlos III morirá sin cumplir la última voluntad de Isabel II, dejando un Reino Unido con una monarquía que se tambalea, una familia rota y una promesa que jamás verá la luz.