Carlos III no deja el trono de Buckingham por no romper su promesa a Isabel II

La enfermedad de Carlos III no ha hecho que deje su papel de monarca

Carlos III no deja el trono de Buckingham por no romper su promesa a Isabel II

A lo largo de los últimos meses, se ha hablado mucho sobre el estado de salud de Carlos III. El Rey de Inglaterra no es capaz de responder a los recientes tratamientos que ha recibido para paliar los efectos del cáncer de colon que sufre desde el pasado año 2024. Una situación que, sin embargo, no ha sido suficiente para hacer que Carlos III se replantee la posibilidad de dejar atrás su papel al frente de la Casa Real de Gran Bretaña, pues está decidido a darlo todo durante su reinado. Incluso la vida.

Esta decisión tan contundente por parte de Carlos III no ha pasado nada desapercibida en Gran Bretaña. Y es que no son pocas las recomendaciones por parte de su equipo médico para que deje de lado su puesto como Rey de Inglaterra para centrarse en su recuperación. 

Carlos III quiere cumplir su promesa a su madre

Según han revelado fuentes cercanas a la Casa Real de Gran Bretaña, la principal razón detrás de la decisión de Carlos III de seguir como monarca hasta el final de sus días es la de cumplir a rajatabla la promesa que le hizo a Isabel II. Pues, según revelan los medios ingleses, antes de morir, la que fuera Reina de Inglaterra le pidió a su hijo que no dejara morir a la Casa Real. Una petición que Carlos III se habría tomado a rajatabla. Lo que habría acabado llevando al monarca británico a rechazar la posibilidad de dar un paso al lado.

Carlos III

Carlos III no cederá a las peticiones de Guillermo de Gales

A pesar de que es conocedor de las razones que tiene su padre para seguir en el trono a pesar de su grave enfermedad, el Príncipe Guillermo habría pedido a Carlos III, en reiteradas ocasiones, que deje su puesto para centrarse en tratar su enfermedad y guardar reposo. Algo que el Rey de Inglaterra ha rechazado siempre y sin dudarlo ni un solo segundo. 

Así pues, la verdadera razón detrás de las reticencias de Carlos III a la hora de dejar su puesto como Rey de Inglaterra, no es otra que la de cumplir la promesa que le hizo, en su momento, a Isabel II.