Carlos III y Kate Middleton han dejado de hablarse

Carlos III ha estado criticando la actitud de Kate

Carlos III y Kate Middleton han dejado de hablarse

No hay foto que lo cuente, pero el clima entre Carlos III y Kate Middleton está más que enrarecido. Las sonrisas que regalan en público apenas maquillan la incomodidad que se respira cada vez que se cruzan, una tensión que ha ido creciendo a fuego lento desde que Carlos subió al trono y la princesa de Gales decidió que no iba a seguir el ritmo que le marcaban. No es un secreto que Kate siempre ha ido a su aire. Le funciona. Su imagen de cercanía, su mano con las causas sociales y su perfil de madre implicada han convertido a la princesa en un icono que ni el protocolo puede controlar. Y ahí está el problema: Carlos esperaba lealtad y disciplina absoluta, pero Kate tiene su propio manual, uno que prioriza su familia y sus proyectos antes que cualquier gesto para la galería.

La chispa que encendió esta última tormenta llegó disfrazada de post de Instagram. Un homenaje visual a las mujeres importantes de la historia de la monarquía británica que, para sorpresa de todos, ignoró por completo a Kate Middleton. Ni una mención, ni una foto. Un borrado público que para la princesa fue un golpe bajo, una falta de respeto que no está dispuesta a olvidar ni a dejar pasar como si nada. El silencio de Carlos ante esa publicación tampoco ayudó. Ni una palabra, ni un gesto de rectificación. Nada. Kate, lejos de quedarse en un rincón, ha endurecido su postura. Ahora, cada acto compartido se convierte en un ensayo de frialdad, en un intercambio de sonrisas que apenas dura lo que tardan los flashes en apagarse.

Kate

Guillermo sigue del lado de Kate Middleton

Guillermo, mientras tanto, se ha puesto del lado de Kate sin dudarlo. Es su mujer y la madre de sus hijos, y no está dispuesto a permitir que su figura quede relegada a un segundo plano mientras él se prepara para su futuro como rey. Dicen que las discusiones han subido de tono más de una vez y que, en alguna ocasión, la tensión ha estado a un paso de desbordarse del todo.

Kate, por su parte, no piensa ceder. Sabe que su popularidad es su mayor fuerza y que el público está de su lado. Carlos, que todavía intenta marcar el ritmo de todos, se está encontrando con una nuera que no piensa agachar la cabeza. Así está la situación: un rey que necesita control y una princesa que no va a dejar de ser ella misma, aunque eso implique desafiar al monarca en cada paso. Entre ambos, un pulso silencioso que no para de tensarse, con Guillermo intentando contener un conflicto que cada día se le hace más difícil de gestionar.

Y mientras tanto, el resto de la familia observa en silencio. Porque saben que, aunque nadie lo diga en alto, este enfrentamiento entre Carlos III y Kate Middleton marcará el futuro de la corona británica mucho más de lo que cualquier acto oficial pueda disimular.