Carolina de Mónaco mueve hilos para convertir a su hijo en el sucesor del Príncipe Alberto
El empeoramiento de Alberto II ha dado esperanzas a Carolina de Mónaco
Hace varias semanas que venimos hablando sobre el empeoramiento progresivo del Príncipe Alberto. El estado físico del príncipe monegasco se ha convertido en motivo de seria preocupación en Mónaco, donde han comenzado a analizar los posibles escenarios futuros a los que se tendrían que enfrentar en caso de que Alberto II tuviera algún tipo de percance inesperado por culpa de sus constantes problemas físicos. Los cuales han hecho que los médicos que están a su cargo hayan propuesto realizar una terapia de choque para hacer que el Príncipe Alberto baje de peso de forma rápida.
En este sentido y ante la posibilidad de que Alberto de Mónaco se vea obligado a dejar su puesto al frente del Principado monegasco, ha sido su hermana, Carolina, la encargada de poner una propuesta absolutamente nueva e inesperada encima de la mesa. Pues, si Alberto II queda indispuesto a la hora de ejercer de Príncipe, sus hijos no podrían asumir el puesto por su corta edad, lo que podría obligar a un cambio radical en la línea de sucesión.
Es por este motivo que, aprovechando la situación y que ella es la hermana mayor, Carolina ha propuesto que, en caso de que Alberto II deje de ser Príncipe, su sucesor no debería ser otro que Andrea Casiraghi, su hijo mayor y al que Carolina considera que es el hombre ideal para tirar adelante a una institución de calibre del Principado de Mónaco.

Charlene no está en condiciones de liderar nada
Por otro lado, una opción que podría parecer de lo más lógico es la de Charlene, la esposa de Alberto debería ser capaz de asumir el mando del Principado de Mónaco. Sin embargo, su condición psicológica no es la adecuada para ejercer como Princesa de Mónaco, por lo que Carolina considera que si hay alguien que debe estar en la primera fila para suceder a Alberto, ese tiene que ser su hijo, Andrea.
Así pues, aprovechando la coyuntura, Carolina de Mónaco ha comenzado a mover hilos para tener una mínima posibilidad para llegar al trono de Mónaco mediante su hijo, el cual podría ejercer de sucesor de Alberto II.