Casa Real ha tenido que rescatar a la infanta Elena de domicilios privados en circunstancias deplorables

Desde que dejó de desempeñar funciones institucionales, la infanta Elena ha optado por mantener un perfil más discreto en el ámbito público. Su vida profesional se ha centrado en su trabajo dentro de la Fundación Mapfre, aunque no se conocen con exactitud los detalles de sus responsabilidades dentro de la organización. Según ha informado la periodista Pilar Eyre, la hermana mayor del rey Felipe VI percibe un salario anual de aproximadamente 300.000 euros, cifra ligeramente inferior a la que recibe su hermana, la infanta Cristina. Estos ingresos le permiten llevar un estilo de vida acomodado, dándose ciertos lujos y residiendo en una exclusiva zona de Madrid.

El hogar de la infanta Elena es una lujosa vivienda de unos 500 metros cuadrados, que ha sido reformada recientemente con diversas adaptaciones para facilitar la movilidad, una medida que se ha interpretado como una posible preparación en caso de que su padre, el rey emérito Juan Carlos I, decidiera instalarse con ella en el futuro. Su domicilio ocupa toda la primera planta de un elegante edificio situado en el barrio del Niño Jesús, en las inmediaciones del Parque del Retiro. Comparte esta residencia con su hija Victoria Federica, con quien mantiene una relación cercana, aunque no exenta de roces y diferencias debido a sus fuertes personalidades.

Los escoltas tuvieron que ayudar a la infanta Elena 

Desde su divorcio de Jaime de Marichalar, la infanta ha estado a cargo de la educación y crianza de sus hijos, Froilán y Victoria Federica, quienes han sido protagonistas de diversas polémicas a lo largo de los años, en especial su hija menor. A pesar de proyectar la imagen de una mujer seria y reservada, Elena disfruta de la vida social y no es ajena a la diversión nocturna. Es habitual verla salir a cenar con amigas e, incluso, organizar reuniones en su domicilio. Estas celebraciones, sin embargo, han causado malestar entre algunos vecinos debido al ruido que se prolonga hasta altas horas de la madrugada.

Uno de sus mayores placeres es el baile, una afición que cultiva desde su infancia y que sigue disfrutando en la actualidad. Recientemente, fue vista en un local donde se ofrecía música en vivo. En un momento de la noche, animada por el ambiente y después de haber ingerido algunas copas, decidió subir al escenario y unirse a la música. Sin embargo, su entusiasmo la llevó a protagonizar una escena bochornosa, lo que obligó a sus escoltas a intervenir de inmediato. Para evitar que la situación se saliera de control y que se captaran imágenes comprometedoras, los agentes la retiraron del lugar discretamente, escoltándola hasta una salida trasera. Lo mismo sucede en casas privadas de amigos. 

Este tipo de comportamientos han despertado preocupación dentro de la Casa Real, ya que, en situaciones de relajación y euforia, la infanta podría revelar información sensible sobre la familia real española. Aunque ha intentado mantenerse alejada del foco mediático, sus acciones continúan generando atención y comentarios en los círculos sociales y en la prensa.